Por Jorge Roldán Valencia

Mientras para el presidente López Obrador los mexicanos somos muy felices, según lo dijo en su mañanera, la realidad de los hechos violentos, a lo largo y ancho del País hacen dudar de esa aseveración.

Aquí en Hidalgo, entidad que se caracterizaba por su tranquilidad, ahora ha entrado en la vorágine de hechos violentos, principalmente en la región Tula-Tepeji, en el valle de Tulancingo y en la región del Valle del Mezquital.

Solo por mencionar uno de ellos, está el caso de un cuerpo de mujer que apareció descabezado en el barrio San Antonio de Ixmiquilpan.

Y qué decir de otras dos mujeres que fueron atacadas con un machete por un sujeto, que fue detenido en la sede de la Universidad Tecnológica de Guadalajara.

Otro hecho que llama la atención es el ataque y derribo de una de las puertas de acceso de Palacio Nacional, mientras el jefe del Ejecutivo ofrecía su conferencia mañanera en ese recinto.

Lo “curioso” del caso es que ningún guardián se encontraba en la calle de Moneda, en dónde estudiantes de la normal de Ayotzinapa protestaban por la muerte y desaparición de 43 de sus compañeros ocurrida hace más de dos años, hecho por el cual sigue preso el entonces titular de la PGR y exgobernador hidalguense Jesús Murillo, quién a pesar de su edad y enfermedades sigue preso, mientras otros personajes con devolver lo que se llevaron, “gozan” su condena en libertad.

Como Eleazar exalcalde de Pachuca, quien envalentonado al lado de su guarura, un sujeto intentó evitar que la colega Verónica Ángeles tomara fotos de García, mientras salía del Cereso de Pachuca.

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