Este día se celebra el tercer y último debate entre los candidatos al gobierno del estado de Hidalgo. Este ejercicio, para los entendidos en política, arroja mucha materia prima para el análisis. Porque se puede analizar el desempeño de los participantes, en cuanto a su conocimiento en temas específicos y su capacidad de improvisación.

Se trata, por tanto, de eventos afortunados para los que todavía no deciden el voto, para los que refrendan su compromiso con una opción y para someter a los participantes a un escrutinio exhaustivo de propuestas y capacidad de respuesta.  

En suma, los debates abonan mucho a las elecciones en cuestión de contenido y percepción. Sin embargo, también son instrumentos estratégicos, que pueden ser utilizados a favor o en contra de los participantes.

Es bien sabido –casi como regla general– que el candidato (a) que encabeza las encuestas, puede darse el privilegio de participar en este evento o dejar de asistir. Su ventaja competitiva le permite esta licencia.

La razón resulta sencilla de explicar: si cuenta con la gracia de la mayoría, no tiene necesidad de arriesgar ese capital político ¿Para qué asistir a un encuentro donde seguramente será atacado? ¿Pará que dar oportunidad a los que están abajo en las preferencias?   

Aunque también cabe otro criterio, el mejor posicionado en las encuestas también debe de mostrar temple, capacidad para lidiar con la adversidad, participar en los encuentros donde puede ser sujeto de ataques.

Al final del día, los buenos gobernantes se forjan en los escenarios complejos y no con los asuntos banales que no afectan intereses y que son fáciles de resolver.     

Cualquiera que sea el criterio de pensamiento, este día los hidalguenses fueron testigos del último debate que organiza la autoridad electoral local. Cabe recalcar que esta institución realizó esfuerzos loables para que estos encuentros se celebraran en otros municipios.  

Lo anterior, de alguna manera, genera expectativa entre los participantes y el público. Por ejemplo, en el primer debate celebrado en Huichapan los equipos de los cuatro candidatos hicieron posible algo que no se había visto desde antes de la pandemia.

Cientos de personas llenaron hoteles, restaurantes y plazas públicas en la cabecera municipal. Eso, independientemente de la política, generó una derrama económica local y estimuló el comercio del lugar.

Al menos, algún beneficio trajo consigo ese primer intercambio de ideas. Sabedor que ese positivo efecto secundario no tiene nada que ver con el principio fundamental de realizar debates para fortalecer la democracia en el estado.

Regresando al tema esencial, todo parece que este día otros elementos jugaron en detrimento de la atención al debate. La final del futbol mexicano donde el Club Pachuca tiene amplias oportunidades de ganar esta gesta deportiva, hace que los ciudadanos desatiendan el ejercicio cívico.

Aunado a lo anterior, todavía no hay confirmación en cuanto a la asistencia del amplio favorito en las encuestas, Julio Menchaca. Lo que hace que este debate pierda la sustancia requerida y se convierta en un tercer encuentro desangelado.

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