El próximo sábado en el estado de Hidalgo arrancan las campañas de ayuntamientos. Esto, a la par de la contienda federal que lleva mes y medio en marcha. Por tanto, una ola de candidatos y candidatas estarán en las calles pidiendo el voto para el próximo 02 de junio.

En este sentido, toda la política local estará supeditada por la aduana de los comicios. Veremos, en consecuencia, ataques, descalificaciones, difamaciones y otros “San Benitos” propios de una competencia por el poder político.

En las cabeceras distritales –seguramente–, tendremos una férrea estrategia a través de los medios digitales. Es decir, las redes sociales se convertirán en plataformas esenciales para ganar simpatías y atacar a los contrincantes.  

Es natural que, por esos medios, la mentira sea el común denominador. En lo particular, las supuestas encuestas que a través de reacciones buscan marcar una tendencia hacia una u otra persona. Vale la pena recordar que esos ejercicios, son altamente manipulables a través de granjas de bots, que ayudan al personaje que pague por dicho servicio.

Por tanto, hay que tener cuidado si se toman estas referencias, como parte de una argumentación válida. Más vale, acudir a los estudios serios de las casas encuestadoras nacionales que suelen ser más exactos y menos tendenciosos.

No solo eso, vendrán también los debates organizados por la autoridad electoral y otras instituciones de educación superior. Ahí veremos de todo, a los que improvisan y a quienes son más versados en la argumentación.

Todo este coctel de posibilidades aunado a la propaganda fija (espectaculares) y la que corre por radio y televisión, darán como resultado una saturación de contenido, que según especialistas termina por fastidiar y alejar a los electores.

En suma, los próximos 40 días habrá un festín electoral, donde por primera vez los hidalguenses podremos elegir en un mismo día al presidente de la república, senadores, diputado federal, diputados locales y presidentes municipales.

La primera elección concurrente en el estado dejará muchas conclusiones. La primera de ellas es que el nivel de participación, sea elevado. Porque cuando está en juego la presidencia, los niveles de entusiasmo electoral son altos. Por el contrario, los comicios de diputados locales es el más desangelado.

No obstante, se podría presumir que la participación más elevada termine por jalar los bajos niveles característicos en lo local. En este sentido, se estima una participación mayor al 60%. Y con ello tener amplio apoyo a los ganadores de la competencia electoral.

Otra de las grandes conclusiones que puede dejar este ejercicio, es analizar el voto diferenciado. Es decir, los votantes regularmente eligen una opción y así se van bajo un mismo sello partidista. Pocos son los que hacen un escrutinio en cada elección y eligen indistintamente entre las opciones.

Todo lo anterior estará por verse a partir del 20 de abril cuando tengamos una feria electoral sin precedentes.

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