Feliz martes queridos lectores. Hoy a través de esta colaboración semanal, conoceremos un poco más respecto a los magníficos beneficios que conlleva para nuestra salud el consumo regular de la leche del búlgaros y como podemos cultivarlos desde casa.

Primero que nada, es importante saber que los búlgaros, son pequeños gránulos o nódulos que pueden medir hasta 2 cm de diámetro, los cuales están formados por bacterias y levaduras que se alimentan de lactosa, es decir, que se encuentra de forma natural en la leche, lo que produce una doble fermentación y que finaliza en una bebida ácida apta para su consumo.

Estos gránulos tienen una consistencia gelatinosa y de aspecto parecido a racimos de coliflor, ya que son blancos y abultados pero, sumamente blandos.

Dentro de sus maravillosos beneficios podemos mencionar que, aportan una gran cantidad de calcio y otros minerales esenciales como magnesio y fósforo. Además de que, sus probióticos fortalecen el sistema inmunológico.

Pero eso no es todo, ya que, son un gran aliado para la prevención de infecciones intestinales, mejoran la digestión y ayudan en mucho para el alivio de los síntomas de colon e intestino irritables.

La leche de búlgaros se digiere con mucha facilidad, por lo que es una excelente opción para quienes son intolerantes a la lactosa. Son además, un desintoxicante natural y permiten elimina lo que el organismo no necesita, ayudando también a mejorar los problemas de gastritis y en el fortalecimiento de huesos.

Muchas personas lo consumen en combinación con un poco de fruta o simplemente de manera natural y endulzando la leche, con un poco de miel o poca azúcar, siendo el primer alimento a consumir por la mañana.

Ahora bien, la forma de cultivarlos en casa, es por demás sencilla, solo necesitamos 1 litro de leche bronca, un frasco de vidrio, lavado y esterilizado, un paño para cubrirlos, una liga grande y papel periódico.

Hay que calentar la leche en una olla, sin que hierva y dejar enfriar, luego vaciarla en el frasco previamente esterilizado y tapar con el paño y asegurar con la liga. Envolver con papel periódico para protegerlo de la luz y dejarlo fermentar en un lugar seco y oscuro durante veinte días.

Pasado el lapso indicado hay que revisarlos, estos deberán tener un aspecto como de leche cortada, hay que colar la preparación con cuidado evitando que se rompan los grumos y listo, ya tienes los tan anhelados búlgaros. Toma la leche que se produce de esta fermentación diariamente y aprovecha sus maravillosos beneficios, es por Salud y Más… hasta la próxim@admin-web

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