Por Arturo Hernández Cordero

En el año 2010, el diputado Gerardo Fernández Noroña (en ese entonces integrante de la oposición) confrontó al ex secretario de Seguridad Pública, Genaro García Luna durante una comparecencia en la Cámara de Diputados, acusándolo de frente de ser un criminal de alto perfil y de incurrir en innumerables actos de corrupción.
En aquélla época (en el marco de la guerra contra el narcotráfico iniciada por el gobierno de Felipe Calderón), varias eran las voces que al igual que Fernández Noroña, señalaban las irregularidades operativas de García Luna incluso desde su gestión como director de la extinta AFI durante el sexenio de Vicente Fox.
No obstante, García Luna gozaba entonces de una gran reputación entre la cúpula y simpatizantes panistas, quienes acusaban de calumniadores a cualquiera que señalara los indicios de corrupción en el desempeño del ahora presunto delincuente.
Actualmente se encuentra en curso en la ciudad de Nueva York el juicio en contra de García Luna, acusado de colaborar con el crimen organizado y facilitar la operatividad de cierto cartel del noroeste del país, que durante el sexenio de Calderón vió crecer su poderío exponencialmente al cobijo del gobierno, la vez que sus carteles rivales eran perseguidos con especial severidad.
Si bien, el juicio aún se está desarrollando (y se prevé que dure cerca de dos meses), algunos ex narcotraficantes ya han testificado en contra de García Luna, y aunque aún no se ha presentado evidencia audiovisual que lo incrimine, las características del sistema legal estadounidense y la amplia investigación de diversas autoridades de EE.UU., hacen previsible que el ex funcionario terminará por ser encarcelado.
A todas luces, García Luna es una de las figuras más oscuras en la historia reciente de la política mexicana. Aquél que fue encomendado para salvaguardar la seguridad pública del país, incurrió en delitos graves que han condicionado por varios años la vida e integridad de miles de mexicanos, y es un estigma del que le será difícil al PAN desprenderse. De ser encontrado culpable, el caso de Garcia Luna será utilizado por MORENA, para golpear políticamente a la oposición

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