Por Arturo Hernández

El pasado fin de semana el diputado de Acción Nacional Gabriel Quadri, fue corrido de una entrevista en vivo en la cadena CNN, por proferir lo que el conductor Camilo Egaña consideró, un “discurso de odio”.
 Gabriel Quadri no es ajeno a las polémicas. Ya en 2019 había estado en el ojo del huracán por sugerir por medio de Twitter, que tres entidades federativas eran un lastre para el país.
Y aunque la polémica en torno a aquellos dichos estaba justificada por el carácter reduccionista y excluyente de los mismos, ahora es blanco de críticas por defender la realidad biológica del género femenino ante el embate de la ideología de género.
El morenista Mario Delgado pidió desafuero para el legislador Quadri, pero ¿realmente el panista profirió un discurso de odio?
 La ideología de género es un conjunto de preceptos anticientíficos que niegan las particularidades biológicas de los seres humanos, obviando la influencia de los cromosomas en el desarrollo, las características neurológicas propias de cada sexo, las diferencias en el sistema endocrino de hombres y mujeres y un sin fin de características, que definen un sexo del otro y que impactan en sus respectivos comportamientos dando lugar al género.
Para los partidarios de esa ideología, el género es una mera cuestión cultural donde no existe inferencia natural alguna, una especie de imposición qué no ha sido resultado de la historia evolutiva del ser humano.
Hacer alusión a las diferencias naturales entre sexos resulta en un “discurso de odio”, según los más acérrimos militantes del progresismo.
Quadri en ningún momento cargó en contra de la comunidad Trans o incitó al odio u agresión hacia dichas personas, expresó una realidad biológica, que muy a pesar de la molestia que puede suponer para la mencionada comunidad y para el progresismo en general, no vulnera los derechos de nadie.
Es momento de dejarle saber a los ideólogos de genero, que sus sentimientos no son parámetro alguno para coartar los derechos o la libertad de expresión de alguien más, no queremos llegar a extremos absurdos como los de Estados Unidos donde la ideología de género ha confrontado a toda una sociedad

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