El 1 de diciembre de 2018, Andrés Manuel López Obrador (AMLO), se convirtió en el presidente de la República Mexicana, tras haber obtenido un triunfo avasallador en las elecciones celebradas el 1 de julio de ese mismo año.
AMLO, llegaba muy bien posicionado a la silla presidencial, contrastando con el desgaste político y anímico de Enrique Peña Nieto, quien escuchó de su sucesor algunos reclamos del otrora régimen durante el evento del cambio de poderes.
Han pasado tres años y en medio de promesas, el pulso de la ciudadanía, de acuerdo con un sondeo que realizó Ruta, tanto en el centro de Tulancingo como en diferentes sectores, las opiniones sobre el trabajo de López Obrador como presidente de México, fueron equilibradas.
De aproximadamente 15 personas entrevistadas, siete opinaron que sí hay avances, mayores apoyos y una economía mejor respecto a otras administraciones; seis, dijeron que no hay avance, que existe inseguridad y aumento en la delincuencia, además de que la economía se encuentra en un mal momento y dos, que México está igual que antes, es decir no hay desarrollo.
Algunas de las promesas que Andrés Manuel López Obrador recalcó durante su toma de posesión, fueron: Promover una ley para convertir la corrupción en un delito grave; promover la reforma al artículo 108 de la Constitución Política de los Estados Unidos Mexicanos, para eliminar la impunidad y el fuero de altos funcionarios públicos, comenzando por el presidente de México.
También, prometió la cancelación de la Reforma Educativa y enfatizó durante su campaña política, que no aumentarían los precios de los combustibles más allá de la inflación; anunció, de igual manera, la construcción del Tren Maya y la rehabilitación de las refinerías existentes, así como la construcción de una nueva refinería en Dos Bocas, Tabasco, para dejar de comprar gasolina.
La construcción del aeropuerto Felipe Ángeles y la puesta en marcha de un nuevo modelo económico, fueron también parte de sus ofertas políticas.
Anunció, la creación del Instituto Nacional para la atención de los Pueblos Indígenas y el inicio inmediato del programa de Intención Médica de Medicamentos en las zonas gratuitas marginada con la consigna de que se volvería universal en todo el país a mitad del sexenio.
De igual manera, prometió que tres millones de jóvenes serían contratados como aprendices en talleres, empresas y comercios, con un salario de 3 mil 600 pesos mensuales y el otorgamiento de 10 millones de becas a estudiantes de cualquier nivel escolar.
La pensión a los adultos mayores -dijo- se duplicaría y tendría carácter universal, además de los apoyos para los jubilados del IMSS e ISSSTE, así como a personas con discapacidad.
Además, remarcó que estaría prohibido para cualquier funcionario viajar en primera clase en avión o helicóptero privado.
La puesta en venta del avión presidencial y el salario a menos del 40 por ciento que el último mandatario.
Los ocho mil elementos del Estado Mayor Presidencial que cuidaban al presidente y los tres mil 200 agentes de Gobernación, que se dedicaban al espionaje, pasaron a formar parte de la Guardia Nacional.
López Obrador, anunció que no viviría en los Pinos, convirtiéndose este espacio en un lugar público destinado para el arte y la cultura.
Así, han transcurrido mil 95 días, de una gestión que divide opiniones, pero que aún no indican, hacia dónde va la balanza

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