El proceso electoral local llega a su clímax una vez que se venció el plazo para registrar candidatos y candidatas a los ayuntamientos. En este particular, los partidos políticos hicieron las apuestas respectivas para postular a los que consideraron sus mejores propuestas para encabezar la elección más complicada, la municipal.

Ciertamente en los municipios las pasiones se encienden, cuando se trata de elegir a su presidente o presidenta municipal. En ese sentido, cobra mucho significado quien integra la planilla del candidato, la fuerza política de los grupos y el arraigo de algunas familias en aquellas demarcaciones.

En esa suma, lo que acaba de ocurrir en el estado es que muchos actores políticos han sido nominados por sus institutos políticos, en otros casos hay personajes desconocidos y en otros existe un cambio de sello partidista que hace reflexionar sobre la fidelidad de los políticos.

Sea cual sea el caso, lo que tenemos ahora son cientos de cargos de elección que serán designados por fórmulas electorales para hacer que dentro de los ayuntamientos exista representación de la mayoría de grupos políticos.

Justo en ese sentido recae la reflexión de estas notas. Hay que celebrar que en este momento este presente la posibilidad de lograr una nueva configuración político en la entidad, donde cambian algunos protagonistas y se consolidan otros.

Por ejemplo, vale la pena destacar que en esta elección no se encuentre visible la mano de José Guadarrama Márquez, un ente político de sobrada trayectoria local que tenía gran poder de decisión hace poco tiempo.

Ahora sin embargo, se perdió en algún momento coyuntural y su regreso a través de una declaración a favor de Morena, se tomó más como anécdota que como suma de capital político a los del partido guinda.

Otro ausente es el ex gobernador Miguel Osorio, quien en pasadas entrevistas dijo que definirá su futuro político en los próximos días. Pero por lo mientras, no aparece postulado por ningún partido. Comportamiento difícil de explicar para quien hasta hace poco tenía un amplio dominio de la política electoral nacional y local.    

Un ausente más es el recién nombrado embajador de Noruega. Un continente separa a Omar Fayad de la lógica política de su estado natal. Él y su grupo político (GPI) estuvieron activos un corto tiempo, pero ahora cuesta trabajo ubicar a sus cuadros.

De los que siguen vigentes son Gerardo Sosa, quien a pesar de su condición (prisión domiciliaria), alcanzó a cooptar una membresía llamada Partido del Trabajo (PT) y desde esa trinchera busca posicionar a sus incondicionales.

Otros que se mantienen a pesar de las desgracias es el grupo político que domina al priísmo local, Carolina Viggiano y sus aliados tratarán de rescatar lo poco que queda del antiguo todopoderoso tricolor.

Y por último, la que reaparece en tierras hidalguenses es la candidata presidencial Xóchitl Gálvez, quien nació por estos terruños pero que mantiene muy poco arraigo por estas latitudes. A tal nivel que sus paisanos han cuestionado su historia de superación personal que pretende vender en su campaña.

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