Algunos especialistas en materia electoral aseguran que el próximo domingo 18 de octubre, que se renuevan los 84 ayuntamientos en el estado de Hidalgo, asistirá muy poca gente a las urnas. La base para tal reflexión, es que la pandemia del covid-19 inhibe la participación de los electores, al tiempo que las campañas, no han tenido el eco suficiente para estimular a los votantes.

Estos factores juegan en contra de una participación masiva. Pero justo en este momento, vale la pena recordar lo que las elecciones representan para el sistema político. Son la base que hace posible la rotación del poder, desde las esferas micro (ayuntamientos) hasta las macro (poder legislativo y ejecutivo).

Hay larga historia en nuestro país que está detrás del voto. Incluso, a inicios del siglo pasado se llevó a cabo una revolución con el lema “sufragio efectivo no reelección”. Es decir, en México tenemos claro que este instrumento es fundamental para la democracia.

De tal suerte que es indispensable hacer un llamado a votar en la elección local, que se avecina a pesar de las complicaciones de salud. Es cierto, que esta invitación debe venir acompañada por las recomendaciones que todos sabemos.  

No hay que olvidar que el punto medular es llamar la atención para que las personas se expresen en las urnas. El sentido de su voto, por supuesto, es libre y va en tono a las preferencias de cada uno. Pero lo que no se puede hacer es quedarse al margen de ese derecho.

Los especialistas podrán aventurar vísperas de un alto abstencionismo. Y es muy probable que esto ocurra dentro de una inercia que presenta el estado de Hidalgo desde hace años y que nos es exclusiva de esta entidad. Pero justo por eso el llamado debería ser a la participación antes que a la indiferencia.

El domingo que se avecina habrá muchas personas que de una u otra manera están relacionadas con las elecciones. Entre ellos, funcionarios electorales, de casilla, candidatos, militantes y simpatizantes. Todos ellos, han realizado esfuerzos sin precedentes para hacer lo que les toca.

Los electores, por tanto, deberán asistir a votar por convicción, pero también – porque no decirlo –por empatía con aquellos que hicieron su trabajo en medio de una pandemia. El riesgo de un contagio está presente y hay que tener todas las precauciones del caso. Pero no dejemos de ejercer el derecho cívico. 

Los resultados que se avecinan serán históricos no solo por realizar las elecciones en medio de una pandemia sino porque la reconfiguración del poder político también será nota. En estos tiempos todos los partidos tienen opciones en más de un municipio reflejo de la nueva distribución de liderazgos locales.

Todos los involucrados en este proceso electoral deberían llamar a la participación. Porque a nadie le favorece ser electo por una minoría. En toda elección lo que buscan los competidores es ser respaldados por el mayor número de participantes. A todos nos conviene tener autoridades respaldadas por una mayoría.

También vale la pena tratar de entender a los que deciden no votar. Ellos podrán valorar los riegos para su salud, quizá no se sienten representados por un candidato o simplemente el mundo político les es ajeno. En democracia tienen la opción de hacerse a un lado de las decisiones. Pero bien vale la pena que en esta ocasión hagan a un lado esas consideraciones para expresarse a través de la urna. @2010_enrique    

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