En la conformación del escenario electoral del estado de Hidalgo, existe un extraño caso convertido en partido membresía. Aunque en este diagnóstico caben varias expresiones políticas, esta reflexión se centra en el partido del Trabajo.

Es difícil mencionar a más de un actor político relevante que sea emanado de este partido. Salvo el nombre de Gerardo Fernández Noroña y de su líder nacional eterno, Alberto Anaya Gutiérrez; los demás integrantes de su comité nacional son figuras poco conocidas.

No solo eso. Están lejos de ser referente en un debate sobre asuntos nacionales. En realidad, deambulan por el mundo electoral, para mantener algunos espacios de poder y mantener las jugosas prerrogativas.

En el proceso electoral que esta en puerta, su papel es muy difícil de explicar. En lo federal, son aliados del partido mayoritario (Morena). No obstante, en lo local, albergan a uno de los grupos políticos más polémicos de la entidad.

Ahora, los del partido de la estrella consideraron viable apadrinar al denominado grupo universidad. Ese conjunto de personas que previamente estuvieron en el PRI, PAN, Movimiento Ciudadano, Morena y ahora migran hacia el Partido del Trabajo.

Su acomodo en algún espacio de poder los ha dejado lastimados. Su fuerza electoral viene en declive y sobre todo, su margen de maniobra derivado a que su líder moral, Gerardo Sosa, se encuentra en prisión domiciliaria.

Sin embargo, y pese a los visibles tiempos difíciles para ellos, todavía representan algunos votos que son muy buenos para un partido pequeño, que busca la sobrevivencia. De tal suerte, que la suma por pírrica que sea, ayuda a unos y otros.

Otro elemento a considerar es que el citado grupo todavía mantiene algunas posiciones en Morena (en el comité directivo y en el consejo estatal), tendrá candidatos a los ayuntamientos con el sello del PT y jugarán de facto en otras posiciones.

En suma, andarán en la pepena de todos los espacios con la promesa que de no ganar. Hay forma de recompensar con un espacio en la Universidad Autónoma del Estado de Hidalgo.

La elección por venir, pondrá nuevamente un mínimo y un máximo para todos los partidos políticos. Algunos, en el caso local, apuestan solamente a la permanencia. De tal suerte, que rebasando el 3% de la votación de diputados, se darán por bien servidos.

Otros apuestan por consolidar su proyecto político como el caso de Morena; y quizá el PRI, PAN y PRD solo apuesten por algunas posiciones que les ayuden a ser una oposición (ahora casi nula en la entidad).

Están también los que juegan a confundir, las opciones verdes y naranjas en lo local representan a los damnificados que no caben en otro lugar y que su participación será meramente testimonial.

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