En el escenario nacional para competir por la presidencia de México, hay un actor político que tiene una estrategia muy peculiar. Al menos, eso parece en el primer tramo de su precampaña, donde se lanzó fuerte contra la candidata de los partidos PRI, PAN y PRD.

Lo anterior, hace pensar que está trazada la ruta que va a seguir. Partiendo de un tercer lugar en las preferencias electorales, va a dirigir toda su energía para avanzar hacia el segundo mejor posicionado a nivel nacional.

Para tal efecto, su foco de atención está dirigido contra Xóchitl Gálvez, quien tambalea contra la opción del ex gobernador de Nuevo León, quien a su vez tiene grandes ventajas. Una de ellas (para bien o para mal), es que conecta muy bien con los jóvenes.

Eso sería muy positivo sino es porque esa cercanía con la mayor parte del electorado, se basa en el papel de su esposa, quien maneja muy bien las redes sociales desde una óptica simpática y un tanto banal. Esa cercanía al mundo del espectáculo, no hace más que llevar al lado frívolo la política y la vida misma.

Eso, conectó en su campaña en el norte del país, donde tras empezar abajo en las preferencias, Samuel García pudo posicionarse y ganar la elección con un discurso sencillo, desenfadando a la política y armando una fiesta de ocurrencias en cada evento público en el que se presentaba.

Aquel estilo directo y rudo, le funcionó ante un electorado con características específicas. La ahora es si esa estrategia, podría ayudarle a nivel nacional donde la conformación es distinta y mucho más compleja.

De cualquier modo, Samuel tiene claro que su primer objetivo es competir con Xóchitl; y en ese afán, tendrá que hacer gala de más ocurrencias porque la candidata se pinta sola para eso. De esta manera, se avizora una degradación mayor de la vida pública que la que tenemos actualmente.

Una que el ex senador de Nuevo León esté en segundo lugar de las preferencias (no tengo ninguna duda de que eso sucederá), tendrá que cambiar su discurso. Tratará de presentarse como un estadista y un hombre preparado porque su objetivo será ganar votos del electorado más sofisticado. Aquel que ve en Claudia Sheinbaum como la mejor opción.

Mientras eso ocurre, tendremos la peor versión de las campañas. La opción que hasta ahorita va repuntando (que no modificará nada en su proceder), una segunda opción que tendrá que reiniciar sus sistemas operativos para no caer a un tercer lugar y un Samuel García, con amplio margen de maniobra para hacer prácticamente lo que quiera en la campaña.

Las sorpresas estarán por venir pero uno empieza a pensar que México se está perfilando a un sistema de dos polos donde la tercera vía capitaliza lo bueno y lo malo de los dos mundos contrastados e identificados con la derecha y la izquierda.

Estas categorías – quizá –, ya no le gusten al electorado y en una de esas y sabiendo capitalizar el mundo blanco y negro que proponen Morena vs PRI, PAN y PRD; Movimiento Naranja rebaza por algún flanco y se adueña de una  parte importante del espectro electoral.

No obstante, hay que ver la experiencia de gobierno que ya se tiene en Jalisco y Nuevo León, donde los naranjas ya son gobierno y pueden tener también negativos que les impidan presentarse como una opción nueva y distinta.

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