En el reino de las especulaciones, cualquier hipótesis parece tener validez. Al menos, eso parece cuando se habla de los cambios en el gabinete del actual gobierno del estado de Hidalgo. Donde después de un año y dos meses, el titular del ejecutivo, Julio Menchaca Salazar, se encuentra entre uno de los gobernadores mejor evaluados del país.

Dichos movimientos tienen que ver con una dinámica político-electoral, como consecuencia de la convocatoria que ha publicado Morena en días anteriores; y que es la puerta de entrada para registrarse como aspirante a diputado federal o senador.

Esta dinámica es natural en los equipos de trabajo. Hay que diversificar, realizar enroques, renovar y ganar espacios de poder en otras trincheras. Sin embargo, lo anterior amerita un trabajo fino de análisis y reflexión. Porque siempre estarán los amigos, los que se tiene que ir y los irremplazables.

En este mismo espacio he mencionado lo importantes que es conformar equipos en la política. Hacerlos con talento y con lealtad. Que cada miembro sea un buen portavoz del proyecto del que todos forman parte.

Ese grupo compacto, tiene que funcionar a la perfección. Las piezas se pueden mover (incluso sacrificar como en el ajedrez), pero todos ellos tienen la convicción de agruparse para seguir un mismo objetivo.

No obstante, en política casi todos tienen la aspiración de crecer, de buscar posiciones, de consolidar su propio proyecto personal. De tal manera, que también existe un juego de pasiones desbordadas que hay que controlar.

Esa naturaleza humana a veces juega en contra y en ocasiones se le puede poner freno. Pero todo lo anterior viene encaminado a los momentos en donde se forman, se consolidan o de desvanecen los equipos.

Y justo en ese particular, los tiempos políticos nos conducen a reconfigurar. En ese momento se encuentra todo el país. Porque la elección federal que se avecina ocupa del esfuerzo de muchos cuadros políticos, en lo local y en lo federal.

Hay mucha algarabía por aquel incentivo de buscar un acomodo en los cargos de elección popular pero no estaría mal que además de la legítima aspiración se tenga también el compromiso con el sello partidista y el liderazgo estatal y federal.

De tal manera que en este ajuste de piezas, seguramente habrá nuevos rostros en los encargos que deberán de ser consecuentes con el gobierno bien evaluado que se tiene en Hidalgo.

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