Por alguna razón se me ocurrió salir y dejarme llevar por los aires fríos de la ciudad de Pachuca, mismos que me llevaron hasta la ciudad vecina del norte, que comparte los mismos vientos: Chicago.
La ciudad de Chicago está ubicada en el Estado de Illinois y es una de las ciudades más importantes de los Estados Unidos Americanos. Es conocida como “la ciudad de los vientos” (the windy city) y no porque tenga realmente los vientos más fuertes del país, pero les iré contando de poco a poco.
Algunas de las ciudades del Estado de Illinois, como lo es Chicago, están rodeadas por el Lago Michigan, que es uno de los cinco grandes lagos de Norteamérica. Este extenso y valioso lago, en teoría, ayuda a regular el clima de la ciudad, es decir, hace que el verano sea más fresco y el invierno sea más cálido, pero con la globalización y la vulnerabilidad de la economía mundial ante el cambio climático, la temperatura es incierta.
En consecuencia, la corriente de aire que se produce en la atmósfera por las variaciones de presión en las diferentes estaciones del año, son los vientos que llegan a las calles de Chicago desde el lago Michigan, y de ahí que se produzca mucho viento.
Esto podría ser la causa principal por el nombramiento como “la ciudad de los vientos”, pero no, aún lo vinculan con otras versiones históricas. Por ejemplo, entre las historias que he escuchado y estudiado, la que más me gusta es la siguiente: Chicago es una metrópolis conocida por su arquitectura y por su poder industrial y financiero.
El centro de la ciudad se encuentra repleto de grandes edificios, mismos que han ido cambiando de actividad económica o social con el paso de los años, y el término de “la ciudad de los vientos” es una analogía de todos aquellos edificios, que debido a las rentas y grandes hipotecas se encuentran sin uso y vacíos. Esta historia es la que considero más contemporánea y real, además de que durante mi visita, pude confirmarla porque eso era uno de los temas que se mencionaba a menudo.
Y tal vez se preguntarán ¿por qué Chicago?
El vínculo con Chicago es desde hace muchos años, es una relación fraternal y familiar. Y cuando hay oportunidad de pisar nuevos suelos, siempre aprovecho, pues tengo la gran ilusión de que cada viaje me ayuda a comprender un poco más, lo que en el mundo está sucediendo.
En un principio pensaba que la inquietud de ver más allá de nuestras vidas, era la que me hacía salir continuamente de viaje, aunque también es a causa de mi hiperactividad y esta sed infinita de conocimiento.
Por muchas razones, y por muy extraño que parezca, los viajes como este son de donde surgen un sinfín de historias y en los que tengo mayor oportunidad, para aprender de la vida y agradecer. Son instantes, rápidos y precisos.
Estos instantes los considero óptimos para compartir múltiples cosas y entre ellas todas aquellas actividades culturales que he ido aprendiendo. Por tal razón, ésta recién visita, ha sido un espacio fraterno. No solo tuve la oportunidad de aprender de historia, política y vida cotidiana, sino que además tuve la dicha de convivir con grandes líderes y mejor aún, de ser escuchada y adoptada por los mismos.
Puedo afirmar que la ciudad me recibió con los brazos abiertos y las personas de las diferentes comunidades latinoamericanas, no solo las mexicanas, quedaron agradecidas e interesadas en el arte que ofrezco.
Pero este espacio es corto y mis aventuras son grandes. Así que, los dejaré con la intriga de este viaje como introducción a las próximas historias que les iré compartiendo. Nos leemos pronto..

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