Un capítulo muy peculiar se vivió en estos días con dos legisladoras del estado de Hidalgo. Por un lado, la representante federal, Carolina Viggiano y la asambleísta local, Lisset Marcelino Tovar. Sus diferendos tienen que ver con temas legislativos, pero también –y sobre todo–, con posturas políticas. 

Es bien sabido que las dos involucradas aspiran a un escaño en el senado. Y quizá eso las llevo a subir el tono de la discusión. “Desinformada y oportunista”, le dijo la diputada local a la federal, quien tuvo la osadía de exigir al Congreso local, aprobar la reforma constitucional que promueve el impedimento para ocupar un encargo, empleo o comisión del servicio público a aquellos personajes involucrados en violencia de género.

La sugerencia parece acertada pero impropia, por tratarse de una representación federal que “parece instruir” a una soberanía local, lo que tiene que hacer y en qué sentido hacerlo. Sin reparo la oriunda del valle del mezquital contestó con firmeza.

En sesión de este miércoles, Marcelino Tovar se pronunció respecto al documento que se envió al Congreso de Hidalgo, bajo el oficio DGPL-2p2A.-3942.12 publicado por la propia Viggiano Austria en su cuenta de Facebook, así como la campaña que hace bajo las mismas redes por esta reforma, al referir que la priísta hace caravana con sombrero ajeno y quiere dictar plana al Congreso de Hidalgo.

Y remató en tribuna, “cualquier declaración de supuestos lideres o diputadas federales u organizaciones, deben respetar la autonomía del Congreso”, arremetió la morenista haciendo alusión a las publicaciones de la también secretaria general del CEN del PRI.

Según Marcelino Tovar hay una “convocatoria irresponsable que nos hace una diputada federal para aprobar la iniciativa ley 3 de 3, aquí hemos venido trabajando con responsabilidad a favor de las mujeres, aprobando el mayor número de iniciativas en favor de ellas, como parte de los trabajos fundamentales de este Congreso”.

En su intervención, recordó que en el plano estatal, ya se aprobó esta medida para impedir que personajes vinculados y acreditados como violentadores de género, puedan competir y asumir puestos de encargo popular u otros encargos de la administración pública, por lo que pidió a Viggiano informarse.

La diputada local remató asegurando que “en lugar de colgarse de estas causas ajenas, fortaleciera sus trabajos legislativos, pues aseguró que cualquiera de los 30 diputados de la LXV Legislatura de Hidalgo, tiene más iniciativas presentadas que ella”.

Esta dinámica política se da en un marco de elecciones en el estado de México y Coahuila. Donde, según las encuestas, el bastión del PRI en la zona central del país, perdería por amplia diferencia con la maestra Delfina Gómez.

Sin embargo, en el norte parece que el PRI podría celebrar 100 años en el poder en aquella entidad. Porque la división de los simpatizantes de Morena, no pudo presentar una candidatura en coalición. Allá PT, Verde y los guindas van por separado.

Hay dos lecciones muy claras en estos hechos. Por principio de cuentas las legisladoras parecen tener una relación ríspida, porque los tiempos electorales así lo determinan. Pero también es claro que la división de poderes debe respetarse, para tener órganos que obedezcan a otras demandas (por ejemplo, a las que provengan de la sociedad civil), antes que a los humores políticos de los diputados.

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