Existe el riesgo que la repercusión de la pandemia por la Covid-19 cause estragos en el bienestar de los niños y niñas y ponga en peligro las bases que sustentan su salud mental, afirmó el coordinador del PRI en el Senado de la República, Miguel Ángel Osorio Chong, quien por este motivo solicitó a las secretarías de Salud y de Educación Pública del gobierno federal, para que realicen las acciones necesarias, a fin de proporcionar atención psicológica en el nivel básico del sistema educativo nacional.
Manifestó que, aunque el virus pierda fuerza, los efectos de la pandemia perdurarán y afectarán a niñas y niños que quedaron rezagados en la escuela o que tuvieron que abandonar sus estudios para trabajar.
El estado de salud mental de cada niña y niño depende mucho de sus circunstancias vitales: las experiencias con sus progenitores y cuidadores, las relaciones que entablan con sus amigos y las oportunidades que tienen para jugar, aprender y desarrollarse. Asimismo, la salud mental es un reflejo de cómo influyen en sus vidas la pobreza, el conflicto, la enfermedad y el acceso a las oportunidades que se les presentan, dijo.
Indicó, además, que durante el confinamiento se vieron exacerbados los actos de violencia intrafamiliar, porque después del confinamiento afectó la estabilidad de las familias, situación que necesariamente repercute en la salud mental de niñas y niños.
“Expertos sobre situaciones de estrés relacionadas con pandemias, apuntan que las variables implicadas en el impacto psicológico son el miedo a la infección por microorganismos y enfermedades, la manifestación de sentimientos de frustración y aburrimiento, no poder cubrir las necesidades básicas, no disponer de información y pautas de actuación claras, así como la presencia de problemas de salud mental previos”, comentó el priista hidalguense .
Aunque el impacto emocional puede incluir diferentes reacciones emocionales, y estas pueden ser más o menos específicas, el conjunto de emociones negativas de miedo, ansiedad y preocupación suelen producirse de forma mixta en situaciones de elevado estrés psicológico y ante amenazas de naturaleza impredecible e incontrolable.
En situaciones de incertidumbre, la preocupación y el estrés pueden derivar en manifestaciones de ansiedad y depresión, comentó.
Destacó que según el propio Sistema para el Desarrollo Integral de la Familia (DIF) Nacional, de acuerdo con la Encuesta de Seguimiento de los Efectos de la COVID-19 en los hogares con niñas, niños y adolescentes (ENCOVID-19 Infancia), en la Ciudad de México, los problemas de salud mental se exacerbaron a partir del inicio del confinamiento, siendo la ansiedad y la depresión los de mayor prevalencia.
Estos resultados fueron retomados en el Informe Anual UNICEF México 2020, en el que el organismo internacional puntualiza que “el distanciamiento social y el confinamiento prolongado afectó su salud mental provocando que se sintieran estresados y deprimidos”

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