De acuerdo con cifras del Índice Nacional de Precios al Consumidor (INPC) y la Canasta de Consumo Mínimo, la canasta básica hilvanó en septiembre una variación anual superior a la inflación general comparada con un seis por ciento del índice total.
Estos cálculos, se determinan al establecer la diferencia entre el valor original y el valor restante, para encontrar el cambio.
Aunque en la práctica, los precios de productos básicos principalmente para la cocina han presentado variaciones, que se ven reflejadas en los bolsillos de la ciudadanía, por diferentes circunstancias.
Ruta, hizo un recorrido por la Central de Abastos de Tulancingo, donde algunos entrevistados coincidieron en comentar que de enero a la fecha, el jitomate, el limón, la cebolla, el chile, al igual que diferentes frutas y legumbres, han tenido altibajos en los precios, sobre todo a partir de julio a la fecha.
“Los precios a veces se disparan, por ejemplo: el jitomate está a 20 pesos el kilo, luego a 30 y de repente vuelve a bajar”, comentó Margarita.
Miguel Francisco, expresó que en estos meses el incremento se ha visto también en las frutas de temporada e indicó que el desempleo y el poder adquisitivo de la familia, se puede notar porque no alcanza el dinero.
Fredy de la Cruz, dirigente de la Central de Abasto PIFSAL, comentó que estos parámetros están sujetos a la ley de la oferta y la demanda de los consumidores.
Aunque, enfatizó que la oferta también está condicionada a los factores climáticos y en menor escala por la pandemia.
“Si no hay inclemencias del clima, existe una buena oferta y por lo tanto hay demanda por parte de los consumidores y los precios son accesibles, pero si hay inundaciones, heladas o sequías, los costos pueden incrementar considerablemente”.
Agregó que si el precio de un producto aumenta, la gente lo suple por otro más económico. “La gente se puede acostumbrar a todo, menos a no comer. Lo básico en una mesa, es el chile, la cebolla, el tomate, jitomate y la papa; esos productos son indispensables y las variaciones en los precios, en ocasiones, son mínimos”.
Las diferencias de precios entre un establecimiento y otro, se pueden encontrar, por ejemplo, en la compra de pollo crudo, ya que en algunos establecimientos cuesta 35 y en otros, 38 pesos.
El precio del azúcar en algunas abarroteras de la Central de Abastos, está en 16 y fuera de este lugar a 18 pesos. Mientras que el precio del huevo oscila entre 32 y 36 pesos de tienda en tienda

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