El proceso electoral más grande de la historia de México que se celebró el día de ayer, terminó con buen saldo. Una participación de 49% (algo inaudito para una elección intermedia) y sin mayores incidentes.

Esto que debería de ser una regla por desgracia no lo es. Y digo lo anterior porque con el comportamiento de muchos candidatos y partidos parecía que la consecuencia del proceso comicial sería el desdén y la indiferencia ciudadana.

La buena noticia, por tanto, es la participación y civilidad de los electores. Ahora bien, los resultados preliminares apuntan a que nuevamente la mayoría de los votantes refrenaron el apoyo legislativo al partido Morena.

De tal suerte que este refrendo de confianza es muy alentador para el presidente de la República y su proyecto de transformación nacional. Será posible seguir planteando reformas constitucionales de gran calado y definir el rumbo de los macro proyectos que están en marcha.

En el estado de Hidalgo (según el PREP), Morena se llevaría siete de siete diputaciones federales en juego. Es decir, refrenda el resultado electoral de 2018 donde también ganó todos los distritos electorales. Lo anterior, con un cómputo de 30% de las actas.

En el ámbito local, con datos preliminares morena gana 16 distritos de 18. Es decir, uno menos que en el 2018 con el llamado tsunami electoral del partido guinda en la entidad. Los dos distritos que gana el PRI y sus aliados (Metepec, Huichapan) parecen irreversibles por la diferencia que se tienen en actas.

Llama mucho la atención en caso de Actopan donde la diferencia entre el primer lugar y el segundo es de menos de un punto porcentual. Lo cual apunta a una victoria con estrecho margen, que hasta este momento favorece a la candidata Adelfa Zúñiga Fuentes por encima de la dirigente del PRI estatal, Erika Rodríguez Hernández.

En todos los demás casos aun con datos preliminares se puede apreciar una diferencia muy significativa entre el primer y segundo lugar. Lo cual indica que las tendencias no cambiarán el escenario descrito anteriormente.

Las primeras reflexiones que se puede desprender es que el PRI en el estado de Hidalgo se vuelve un partido minoritario en el ámbito local y federal. Con este escenario, Omar Fayad gobernador de Hidalgo, terminará su gestión con un congreso que no le será afín. Convirtiendo esta situación en una condición única en la entidad.

Cabe destacar, que según los datos disponibles hasta el momento los partidos de reciente manufactura no tuvieron una buena jornada. A primera vista, su destino está muy lejano al 3% que necesitaban para mantener su registro.

Todo apunta a que el sistema electoral mexicano se encamina a dos grandes fuerzas políticas donde se definen todas las posiciones en juego. Caso especial es el de Movimiento Ciudadano que podría consolidarse en el norte del país especialmente en Nuevo León.

Con estos datos hay alguien desde Palacio Nacional que estará celebrando en grande porque todo parece que salió bien la estrategia de mantener todos los días una conferencia mañanera para fortalecer su proyecto político.

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