Una de las primeras enseñanzas en torno a las políticas públicas, descansa en la atribución que tiene cada órgano de gobierno. Así lo dice la teoría. Pero en la realidad lo que tenemos dista mucho de lo expresado.

Por el contrario, en ocasiones los diferentes escalones institucionales son imperceptibles. No se sabe bien a bien, en dónde empieza la responsabilidad de gobierno local y en dónde termina la administración municipal o viceversa.

El punto es que suele confundirse el margen de acción del gobierno federal, estatal y municipal. Sin olvidar que hay casos donde se duplican funciones y responsabilidades, en una cosa que suele disfrazarse como trabajo interinstitucional.

Al final del día, al ciudadano común podría tenerle sin cuidado quién tiene que dar respuesta a sus demandas, lo que busca se concreta a la atención y solución a sus conflictos.         

Tomando en cuenta todo lo anterior, el covid-19 es un ejemplo de lo enredado que suele ser el terreno institucional. Los responsables de toda la política de salud en torno al coronavirus, es el gobierno federal.

Pero para la aplicación de vacunas, necesita obligadamente el apoyo y coordinación de los gobiernos locales y municipales. Mismos que operan en una dinámica distinta.

Muchas veces sin recursos necesarios y otras sin personal capacitado, los órganos de gobierno al interior del país se mueven más por la improvisación que por una visión estratégica y de largo plazo como debería de ser.

Por ende, suelen “chocar” las acciones y decisiones en temas torales. En este sentido, la Secretaría de Salud de Hidalgo publicó hace unos días los lineamientos que mantendrán los 33 municipios con el mayor número de contagios del virus SARS CoV 2 (Covid-19) en la entidad. Lo anterior, para llevar a cabo un frente común contra la pandemia.

Sin embargo, basta con salir de la capital hidalguense para percatarse que las cosas son interpretadas de otra manera, en algunos municipios. Entre ellos, están quienes prefieren medidas más restrictivas y prácticamente tienen un toque de queda a cierta hora de la tarde, otros implementaron multas a quienes no usen cubrebocas y unos más apostaron por la responsabilidad de cada una de las personas.

De tal suerte que no era difícil encontrar lugares que sucumbieron a la fiesta patronal, a las ferias, al baile tradicional y a los festejos de ocasión. Todo lo anterior, porque parece que uno y otro órgano de gobierno no se hablan, no se coordinan, no se toman en cuenta.

Y lo anterior, pude ser responsabilidad de los gobiernos, pero también hay que decir que las personas actúan de forma desafiante. Es muy difícil contener a millones para que no salgan de casa, para que usen mascarilla, para que se actúen con las medidas recomendadas.  

El gobierno del estado, después de varias semanas llevará a cabo una apertura gradual de los comercios. Ojalá que esto funcione. Y aunque los bares, cantinas, centros nocturnos, antros, salones de fiesta para eventos sociales, ferias, juegos mecánicos y espacios culturales se mantienen cerrados; los gimnasios y centros deportivos deberán de operar con un aforo del 20 por ciento.

Por su lado, restaurantes, restaurantes-bar y concinas económicas se mantendrán con una ocupación máxima del 20 por ciento, y en caso de contar con espacio abierto en un 30 por ciento con un horario de 7:00 a las 18:00 horas para el consumo en sitio y de 18:00 hasta 23:00 horas solo para llevar.

Todo lo anterior exige una actitud responsable de las personas antes que del gobierno. Porque las instituciones no se dan abasto a vigilar a todos. Por el contrario, el llamado sigue siendo el cuidarse en lo individual para evitar los contagios colectivos.

@2010_enrique

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