Construir una apareja implica forzosamente dos cosas: por un lado crear un espacio de convivencia en donde vivirás con tu amad@ experiencias amorosas, placenteras, divertidas, profundas y plenas; y por otro lado implica estar en un territorio de guerra en constante conflicto, dolor y angustia.

No hay manera de escoger uno u otro espacio; la pareja en sí misma es esta dualidad; coexisten los buenos y malos momentos. La clave para no terminar es mantener la disponibilidad para permanecer en pareja y hacer que nunca desaparezcan los buenos momentos (aunque haya malos).

No nos han dicho cómo ser “buena pareja” así que vamos en la vida relacionándonos cómo mejor podemos pero sin trabajo, fracasando una y otra vez sobre lo mismo; es decir no hacemos trabajo personal para relacionarnos de mejor manera cada vez.

El estar en pareja, en una relación donde prevalezca el crecimiento mutuo, el placer, la comunicación y el amor requiere forzosamente de trabajo personal y/o de pareja. Procesos terapéuticos profesionales que ayuden y acompañen al encuentro de uno mismo/misma. Sólo así el ir en pareja será constructivo.

Uno de los primeros análisis introspectivos es saber tus propios requerimientos de una pareja y por otro lado tus elementos a “poner” para la pareja. ¿Qué necesitas y que estas dispuesta/o a dar?. Partiendo de esto será mucho más sencillo relacionarte.

A veces creemos que tenemos la pareja que tenemos por mala suerte; pero en realidad no es así; no es destino ya que siempre escogemos a nuestra pareja en función de nuestras mas profundas necesidades (las tengamos conscientes o no).

Ahora hazte esta pregunta ¿En qué tipo de pareja estoy?

a).- Los siameses. “yo renuncio a …; pero tu renuncias a …” en este estilo ambas partes van renunciando a sus propias necesidades en función de complacer al otro/otra. Terminan sintiéndose que lo dan todo por la otra persona sintiendo insatisfechas.

b).- El gris es buen color. En este tipo de pareja “nada pasa” es como vivir sin altibajos. Estas parejas suelen ser duraderas pero les es muy difícil enfrentar cualquier movimiento sea positivo o negativo.

c).- Las vías del tren. Esta pareja cada vez es más común en los últimos tiempos; cada uno de los miembros tiene vidas independientes y sólo muy pocos aspectos comparten. Son como las vías del tren que van juntas pero nunca se juntan.

d).- En busca de papá/mamá. Estas parejas se caracterizan por que uno de los miembros juega un rol de hijo en la relación; es decir requiere que la atención sea sólo para el/ella, sus necesidades deben ser cubiertas, requiere de protección, etc. Estas parejas suelen tener muy marcados los roles de poder.

e).- Pareja mago de Oz. Estas parejas buscan cambiar al otro/otra; creen que el amor lo puede todo y entonces suelen vincularse en relaciones destructivas pero hacen todo por cambiar a la otra parte.

f).- Con uno que ame basta. En este tipo de pareja hay una marcada desigualdad y se dicen así mismos que el amor de un solo integrante es suficiente para mantener la relación. Cosa que suele ser cansada y desgastante para quien lo esta dando todo.

g.)- Tus necesidades son tan importantes como las mías. Este tipo de pareja tiende a ser la más constructiva para ambas partes. Reconocer que se necesitan escuchar mutuamente y poner en negociación y acuerdo las necesidades de cada integrante y dar espacio a cada uno/una, hace de la relación un mutuo crecimiento y bienestar.

Ahora que sabes algunos de los tipos más importantes de parejas ¿En cuál relación te encuentras?

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