El folklore mexicano es rico en color, tradición y cultura. Muchas de nuestras danzas tienen una vasta influencia religiosa, debido a la conquista española. Así que el día de hoy les contaré un poco de un baile muy particular de estas fechas: “Danza de las Inditas”.
Esta danza es tradicional de los pueblos en la huasteca hidalguense. Se basa principalmente en una peregrinación de mujeres hacia la virgen de Guadalupe.
En esta peregrinación se interpretan alabanzas religiosas y cantos en náhuatl. Los cantos se combinan con movimientos y pasos de baile, formando círculos y filas, y haciendo varios cruces de un lado al otro.
La vestimenta es de manta, bordada, típica de la huasteca y en la mano se porta una sonaja que además de acompañar a la melodía, ayuda a marcar el ritmo al bailar.
Desde muy pequeña aprendí algunos de esos cantos en náhuatl, gracias a mis talleres de danza. Mi profesor, el Mtro. Alejandro Camacho González, además de enseñarnos a bailar, siempre nos compartía de su pasión por nuestra riqueza cultural. Entonces, aparte de enseñarnos los pasos y los movimientos para interpretar las danzas, nos comparte algo extra muy personal.
Les explico. Yo tenía alrededor de 14 años, y recuerdo muy bien que al enseñarnos la “danza de las inditas”, no solo nos explicó los pasos, sino que nos dio una hoja escrita con puño y la letra de la canción.
Al inicio ninguna de las bailarinas sabíamos cómo pronunciarla, así que como cualquier nuevo idioma, el repetirlo constantemente nos hizo perfeccionar. En ese entonces no me tocó bailar esa danza, pero agradecí mucho el tener la oportunidad de aprenderme la canción.
Ahora, regresando al tiempo actual, les comparto que el mes pasado participamos en el “Festival de Nikan-Ka”, un festival multicultural celebrado en el estado de México. Nuestra participación contó con dos programas: el programa nacional, interpretando bailes de Yucatán, Tamaulipas y Oaxaca, además de un segundo programa conformado únicamente por danzas hidalguenses, donde interpretamos “la danza de las inditas”.
Cuando comenzamos los ensayos de este programa me llené de alegría, pues bien lo dice la frase: “el recordar es vivir”. “La danza de las inditas” me recordó aquellos años de bailarina con mis viejos compañeros, y de los buenos momentos que he tenido, formando parte de esta gran compañía: la Compañía Folklórica Magisterial de Hidalgo.
De las cosas más impresionantes con esta danza, es que al escuchar la melodía me supe la letra de inicio a fin. El canto en náhuatl. Los pasos los tuve que perfeccionar, pero ese sentimiento nato de disfrutar una danza, no solo por los movimientos y la melodía, sino también por la letra, me ha permitido una apreciación total inexplicable del danzar.
Ahora, ¿no les surge duda acerca del nombre “la danza de la inditas”?
El término “inditas” viene de la palabra “indio”, y no es más que una referencia hacia la población mestiza en femenino. De hecho, para su estudio, existen muchos autores inmersos en el tema, con un panorama profundo de la situación y la controversia de saber si el término “indio” es un insulto y si es correcto utilizarlo, para referirnos ahora a los pueblos precolombinos.
Cabe mencionar que durante mis estudios de la Licenciatura de Lenguas, Literaturas y Civilizaciones extranjeras y regionales, que cursé en la “Université Paris-Est Créteil” (LLCER parcours espagnol), pude reflexionar mucho acerca del término “indio”, su uso y su origen.
A decir verdad, el estudiar las civilizaciones latinoamericanas en otra nación, aunado a mi vocación en las danzas folklóricas mexicanas, me ha brindado la oportunidad de valorar la historia desde otro punto de vista más imparcial.
Siendo más específica, la historia nos marca que cuando el navegante Cristóbal Colón arribó en América, pensó que había llegado a alguna isla cercana a las Indias, ya que su objetivo inicial eran las Indias Orientales, y nombró, por lo tanto, a los nativos que se encontró ahí como “indios”. Este término se continuó utilizando, justificando de esta manera la expansión colonialista.
Por lo tanto, el término por naturaleza es correcto, y a partir de eso, de la conquista, se emplea para referirse a toda nuestra población mestiza, de donde surge la “danza de las inditas”

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