En el valle del mezquital el apellido Charrez todavía suena con fuerza. Se trata de una estirpe que gobernó en algunos periodos, pero sobre todo, detenta el poder político desde hace varios años. Su historia, sin embargo, ha estado marcada por ciclos de buena y mala fortuna.

Como ocurre en aquellas familias con linaje político, los Charrez son un referente de movimiento social, poder político y poder económico. Con esas cartas credenciales han dispuesto de la conformación de espacios en la administración pública municipal.

No solo eso, su fortaleza ha rebasado fronteras y ciertos grupos políticos de municipios de la región, han encontrado en la suma de esfuerzos, el mejor aliado para tener control casi total, de espacios en distintas administraciones independientemente del sello político.    

Esto es, a diferencia de la consolidación democrática en la célula del poder (municipio), lo que se vive en el valle, es una rotación de personas pertenecientes al mismo círculo de los Charrez. Todo converge en ellos, tiene que ver con ellos, pasa por el visto bueno de los hermanos.

Sin embargo, el poder y sus enredos hicieron que recientemente la dinastía sufriera un duro golpe. Lo anterior, derivado a una mezcla de alcohol e irresponsabilidad que llevaría a Cipriano Charrez, a ser despojado de su envestidura como diputado federal.

Aquello ocurrió una vez que el señalado sufrió un percance de tránsito, donde perdió la vida una persona. Como consecuencia, el mayor de los Charrez tuvo que librar un proceso complejo que al final del día lo condujo a prisión.

Pero en el camino, lo que determinó su larga estancia tras las rejas, no fue necesariamente el accidente referido. Sino que uno de los hermanos inició un procedimiento por amenazas y se configuró el delito de tentativa de homicidio.

Es decir, un miembro de la familia fue el responsable de mantener en la cárcel al primogénito de los Charrez. No obstante, nuevos vientos soplaron para el exdiputado y hace algunos días pudo obtener su libertad.

Tal y como en los viejos tiempos, aquel celebró su regreso a la vida pública con un evento multitudinario donde manda un mensaje muy claro. El mayor de la familia, sigue teniendo el “bastón de mando”.

Aun con sus reservas, porque Cipriano tiene suspensión de derechos político electorales y se mantiene en resguardo domiciliario por la orden de un juez de control, se congregaron miles para rendir pleitesía, al que ahora es miembro del Movimiento de Regeneración Nacional (Morena) y fundador del Movimiento Social Patriótico.

Esto ocurrió luego de tres años de permanecer encarcelado en prisión preventiva oficiosa, por los delitos referidos. Pero no es todo, la desgracia llega otra vez a la familia ahora de la mano de un sobrino.

Lo anterior, se conoció también hace unos días cuando se publicó que Josué Charrez fue detenido por portar droga y efectivo. De esta manera, aquella familia acostumbrada a vivir en el ojo del huracán, tiene otra vez a su principal precursor haciendo política.

Desde ahora, hay que seguir la huella de la familia más poderosa del Valle del Mezquital, que seguramente tendrá planes de cobrar algunas facturas pendientes en los próximos procesos electorales.

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