Hace unos días comentaba en este mismo espacio, sobre la perspicaz estrategia de algunos políticos de capitalizar a su favor la obra pública. El eje argumentativo radica en que se utilizan los recursos del gobierno, para fortalecer las campañas electorales, aunque en este despropósito, vaya de por medio la calidad de las obras.

Un claro ejemplo es la denominada super vía Colosio, arteria principal que sirve para desahogar el tráfico en la periferia de la capital del estado de Hidalgo. Dicha construcción, incluye varios puentes que seguramente tenían una planeación y un criterio arquitectónico. No obstante, los tiempos electorales han tenido mayor influencia en su conclusión e inauguración.

Lo anterior, no es nuevo y lo utilizan con frecuencia los gobiernos de distinto sello partidista. Lo nuevo, sin embargo, es que la citada obra tuviera una sería falla, que se hizo patente con los primeros chubascos de la temporada.

Pero eso no es todo, también el gobierno municipal se hace presente en estas obras motivadas por el cálculo político. Porque los pachuqueños hace unos días, nos enteramos con asombro del proyecto de construir una barda en uno de los fraccionamientos más exclusivos de la capital.

El propósito –al menos eso parece– es que dicho lugar quede aislado del paisaje urbano, que afecta la estética del lugar. Porque alrededor de la zona residencial, abundan terrenos que dan cabida a lotes de carros, circos y otros proyectos comerciales eventuales.

Para que los habitantes del fraccionamiento de San Javier, no tengan que padecer de ese paisaje grotesco se levanta una barda de varios kilómetros con dinero público. Por tanto, hay un despropósito en el destino de ese recurso. Porque antes de pensar en pavimentar las calles de las colonias que se encuentran en los suburbios, se pensó en la comodidad de los más acomodados.

Quizá, en este ejemplo, no esté explícito el criterio político, pero si la inexperiencia y el mal tacto de un presidente municipal primerizo, que no alcanza a entender que la ciudad de Pachuca no termina en el Bulevar Colosio. Por el contrario, hay muchas colonias que carecen de servicios básicos, por lo que el gasto de una barda para dar privacidad y plusvalía a uno de los fraccionamientos más exclusivos, no se justifica.   

No obstante, el munícipe de Pachuca consideró que una vez que se estrenara la super vía Colosio, sería pertinente que se acompañara con la construcción de una barda que diera una apariencia más cosmopolita a la ciudad.

Ojalá que esa construcción que contempla un paso peatonal, sea en beneficio de algunas personas que por necesidad caminan por aquella zona. Que dicho sea de paso, está pensada en función de los automovilistas más que en los transeúntes. 

Un ejemplo más de que la obra pública está mal aplicada. Porque el mensaje que manda este gobierno en su nivel municipal y estatal. es que son más importantes los automóviles y las personas que viven en los fraccionamientos residenciales que los peatones y colonos de las zonas marginales.

Una cosa es cierta, para la inauguración de dichas obras que seguramente ocurrirá antes del 06 de junio de este año (fecha de las elecciones intermedias), los responsables dirán en sus discursos que se beneficiaron a miles y miles de hidalguenses, que pasan por aquel lugar.

Una triste metáfora porque efectivamente por ahí pasan muchas personas que se trasladan a sus colonias donde no hay agua, luz, ni calles pavimentadas.

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