La vida para personas de la tercera edad a partir de que el Covid-19 fue declarado pandemia por la Organización Mundial de la Salud (OMS), se volvió más complicada.
En el asilo Nicolás García de San Vicente de Tulancingo, de un día para otro, se suspendieron las visitas a los abuelitos por su vulnerabilidad a contagios.
Así, tanto los residentes como personal y familiares, han tenido que adaptarse a este nuevo estilo de vida.
El estado de ánimo, es otro aun cuando las video-llamadas son un aliciente, los residentes necesitan el trato personal.
Tania Janeth Castañeda Aparicio quien forma parte del equipo de trabajo de dicho asilo, dijo que antes de la pandemia, había visitas constantes, además de los familiares, iban estudiantes, integrantes de clubes de servicios, cantantes, grupos de danza y ahora eso ya no es posible.
Roberto Lara, quien también tiene la responsabilidad de atender a los abuelitos, confirmó que el comportamiento de ellos ahora es muy diferente. “El aislamiento los vuelve más depresivos y sensibles, hay quienes no tienen la percepción de lo que ocurre afuera, pero otros sí se dan cuenta.”
Esta situación ha sido contrarrestada mediante el baile y ejercitación, como lo explica María Fernanda Fernández Roldán, encargada del área de terapia física.
“Los abuelitos tienen una vida sedentaria por medio de la música se reaniman y se alegran; además, se les brindan terapias ocupacionales, específicamente juegos de mesa. De esta manera se compensa la soledad y el aislamiento, además, el cerebro sigue creando conexiones para que puedan mantenerse funcionales”.
Actualmente, hay 22 personas internadas en este asilo, durante este lapso han fallecido tres por causas naturales, sin que tengan que ver con el Covid-19.
Elizabeth Licona Villegas, integrante del área administrativa, dijo que para contrarrestar la situación económica que aqueja a los familiares de los adultos mayores por falta de empleo, tuvieron que hacer ajustes en cuanto a cuotas.
“En la Central de Abastos, seguimos haciendo la recolección de alimentos y eso, es un gran apoyo por parte de comerciantes de este lugar”.
La entrevistada, agregó que tristemente han recibido a siete personas de la tercera edad en el último año, quienes fueron abandonados por sus familiares y vivían en situación de calle, a través del DIf

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