Formalmente tenemos presidenta electa en México; lo anterior, derivado del acto jurisdiccional, donde el Tribunal Electoral del Poder Judicial de la Federación, le entregó la constancia de mayoría a la doctora Claudia Sheinbaum Pardo.
Este trámite, que pudiera parecer solo de forma, representa el último pasaporte para que en unos días se lleve a cabo la toma de protesta de la nueva titular del poder ejecutivo federal.
Y como era de esperarse, ya se dieron algunos lineamientos sobre el sello que tendrá el nuevo gobierno. Por principio de cuentas, se anunció la continuación de las conferencias mañaneras. Este ejercicio que inició Andrés Manuel López Obrador, desde el 2018 y que ahora tendrá su segunda versión. No sólo eso, también la presidenta electa decidió que siguieran las reuniones de seguridad todos los días, a las seis de la mañana.
Los dos elementos anteriores, son muy representativos en la comunicación política. Sobre la mañaneras, el ejercicio de comunicación representa una ventaja porque se “marca agenda” desde primera hora. Es decir, los medios reaccionan a lo que ocurrió en esa conferencia y buena parte del día, se comenta sobre el particular. En síntesis, todos los días se impone la nota.
Por otro lado, es muy valorado que la autoridad responsable de la seguridad se reúna todos los días, para tomar decisiones sobre una de las principales problemáticas del país. Eso también se traduce en positivo y tiene un alto impacto en la percepción de la gente.
Cabe destacar que estas dos medidas generaron un sello muy personal de gobernar y que ahora, serán retomadas por la presidenta electa. Sin embargo, no hay certeza de que la fórmula siga funcionando. Habría que ver.
Por otro lado, se nota que existe una línea muy similar con el anterior gobierno. Puede ser que el criterio sea que las cosas que salieron bien, pueden repetirse. Pero los actores han cambiado. Por tanto, hay que considerar que en política, no hay recetas mágicas que funcionen siempre.
De tal manera, que estamos muy próximos a tener una presidenta mujer en México. Hay que acostumbrarnos al nuevo estilo de Sheinbaum. Aunque todo parece indicar que le gustan los caminos de la ciencia, de la cercanía con la gente, es especialista en medio ambiente y el tema del agua parece su prioridad.
Esas características personales irán definiendo las líneas de un gobierno que cuenta con amplio respaldo popular. La legitimidad en las urnas no está cuestionada ahora falta la legitimidad en el ejercicio del poder.
Esto que estamos viviendo en el país, dista mucho de lo que veían los fatalistas que comparaban a México con Venezuela. Más allá del mal gusto por comparar realidades tan disímbolas, lo que estamos celebrando en el país es la continuidad de una vida institucional, que con altas y bajas sigue por los senderos de la democracia representativa.
Hay que acostumbrarnos al cambio de poder sin inestabilidad económica. Ese escenario se puede dar y las nuevas generaciones lo merecen.