La reforma judicial ha causado un grado de discusión tal en nuestro país, que han pasado meses y la bulla continua.
Sin embargo, existen cambios necesarios a la justicia nacional de los cuales nunca se ha hablado y parece que poco se pretende ahondar en ellos.
Lo anterior en virtud de que el Poder Judicial Federal, en realidad es último eslabón de justicia con el cual tiene contacto una persona, siendo de los primeros los policías y posterior a ello los tribunales locales.
En consecuencia, las personas tienen un contacto mucho mayor con los tribunales locales, es decir aquellos que representan al poder judicial de cada entidad que con el poder judicial federal, siendo que en gran medida la cantidad abrumante de asuntos que arriban al poder judicial federal, tiene relación directa con la consideración de una mala práctica realizada en estos tribunales.
No obstante, son estos juzgados locales, quienes tienen mayor contacto con la sociedad y de los que poco o nada se habla, respecto a cambios necesarios o a la existencia de deudas históricas de justicia para con la sociedad.
Cuando en esencia son estos tribunales, que día con día resuelven no solo la mayoría de los asuntos sino aquellos que son más cercanos a la sociedad.
En tal sentido, parece que previo a considerar las reformas que se han planteado, resulta fundamental replantear la justicia desde lo local a través de la propia carrera judicial del Tribunal en el estado, hasta las prerrogativas y los nombramientos.
Sin embargo, parece fundamental discutir tanto la independencia, imparcialidad como el apego a la norma y constitucionalidad de sus resoluciones, porque si quienes son el primer contacto jurisdiccional de la población, realizara un trabajo impoluto, el resto será una victoria ya adquirida.
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