Feliz martes estimados lectores. Hoy en Salud y Más, les voy a compartir algunos de los gratos beneficios que encontramos en el consumo de agua de alfalfa, así como del germinado de manera regular y, como podemos con ello lograr un mejor funcionamiento en el organismo de manera general.

Es bien sabido que los brotes de alfalfa son ricos en vitaminas y minerales, que ayudan al desarrollo de los huesos. La alfalfa aporta proteínas, calcio, caroteno, hierro, zinc y vitaminas A, B1, C, E y K, por mencionar algunas de sus bondades.

Los germinados, son además una poderosa fuente vegetal de antioxidantes. Un antioxidante es una molécula que tiene la capacidad de retrasar y hasta incluso de prevenir la oxidación de otras moléculas, que pueden crear radicales libres, evitando dañar las células.

De acuerdo con diversos estudios avalados científicamente, el germinado de alfalfa es un gran aliado para prevenir el cáncer y enfermedades coronarias. Asimismo, inhibe la inflamación, siendo particularmente útiles para las personas con artritis.

Por su alto contenido en fibra, llega al estómago permaneciendo mayor tiempo en él, produciendo sensación de saciedad y quitando el hambre, por lo que, si lo que se desea es perder kilos de manera sana, esta suele ser una buena opción para ello.

Altamente recomendada para reducir la acumulación de colesterol en el hígado, ya que, los fitoestrógenos de la alfalfa, pueden mejorar la formación ósea y aumentar su densidad en personas que padecen enfermedades degenerativas en los huesos.

Ahora bien, respecto del agua de alfalfa, al ser ingerida de forma regular, puede proporcionar maravillosos beneficios, aportando una gran cantidad de hierro, siendo depurativa y desintoxicante y aportando una gran cantidad de minerales, vitaminas, proteínas y aminoácidos.

Aunado a ello, es de destacar que resulta por demás positiva para pacientes con anemia y que ayuda a disminuir la absorción de colesterol en los intestinos. También se la considera beneficiosas para la prevención de enfermedades cardiovasculares y, por su cantidad de fibra y agua, colabora en el control del peso corporal.

Por si fuera poco, la preparación de esta agua suele ser sumamente sencilla. Solo hay que colocar en la licuadora un litro y medio de agua, media taza de piña, el jugo de un limón, un pepino con cáscara y un puñado de germinado de alfalfa y procesar.

La bebida la podemos servir con un poco de hielo, ya que suele ser muy refrescante y tiene además un muy buen sabor, por lo que, sin duda, se las recomiendo, sobre todo en temporadas de calor, es por Salud y Más… hasta la próxim@.

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