Después de que un adulto mayor perdiera la vida por haber sido golpeado por policías municipales en Zacualtipán de Ángeles, acusado por escandalizar ebrio en la calle, los ánimos se calentaron en aquel municipio de la sierra hidalguense.  

Los hechos apuntan a una reacción colectiva contra los cuerpos de seguridad municipal, que presuntamente actuaron con violencia en una situación que no ameritaba aquella reacción desmedida por parte de tres elementos.

Una vez que se conoció el fallecimiento de Estanislao Hernández de 60 años, pobladores decidieron emprender un ataque a las instalaciones del ayuntamiento, donde quemaron una patrulla. No solo eso, después llegaron al domicilio particular del presidente municipal, donde saquearon y quemaron vehículos personales.

Ante estos hechos, Santiago Nieto Castillo, encargado del despacho de la Procuraduría General de Justicia de Hidalgo (PGJH), informó que se han iniciado tres carpetas de investigación. Incluso el funcionario advirtió que si las indagatorias arrojan que la muerte del hombre fue consecuencia de brutalidad policíaca, se tipificará como homicidio.

No obstante, también está en curso una investigación por ultrajes a la autoridad y daños a la propiedad ajena, después de que el martes pasado, unos 300 pobladores de Zacualtipán incendiaron la casa del alcalde Édgar Moreno Gayosso, causaron destrozos en la presidencia municipal y quemaron cuatro vehículos en protesta por la muerte del adulto mayor, causada por una lesión en el cráneo, que, aseguraron, fue provocada por los policías.

Vale la pena destacar que estos hechos revelan que es urgente capacitar a los elementos de la policía municipal. Estos servidores públicos regularmente son rebasados por los pobladores, cuando existe un supuesto de exceso de violencia. Hay que dignificar su trabajo y hacerlo con una sólida formación en derechos humanos para evitar a toda costa casos como el citado.

Por otro lado, la Comisión de Derechos Humanos del Estado de Hidalgo (CDHEH) abrió una queja de oficio para esclarecer los disturbios y también otra queja por el arresto del hombre de 60 años, quien de acuerdo con sus familiares fue aprehendido con uso excesivo de la fuerza por una presunta falta administrativa.

En el marco de todo lo anterior, vale la pena la reflexión sobre la incitación que hacen algunas personas para reaccionar de manera tal que son capaces de acudir a un domicilio particular donde hurtaron y quemaron bienes de un particular.

Aquella acción no tiene cabida en un sistema social donde existen los mecanismos para presentar una denuncia. Aunque también hay que entender que la propia autoridad puede ser omisa y no actúe con la celeridad requerida.

Pero tal cuestión no debería generar las reacciones que se presentaron. Lo anterior, solo refleja que los canales de comunicación entre autoridad y sociedad estaban agotados con anterioridad. Esto también es una lección para los munícipes quienes deben de estar cercanos con la dinámica social de su territorio. Su posible alejamiento o desdén pueden llevar a consecuencias inimaginadas como ocurrió en el corazón de la sierra hidalguense.

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