Tomando en cuenta el relato de la semana pasada, en esta ocasión también seguiremos sumergidos en la apasionada forma del arte modernista, del arquitecto catalán Antoni Gaudí, dándole lugar a otra de sus obras maestras, que además es uno de los símbolos más importantes y uno de los atractivos culturales y turísticos, mejor valorados de la ciudad de Barcelona, la “Casa Batlló”.
A casi 2 kilómetros de distancia de la “Sagrada Familia”, en el Paseo de Gracia número 43, se sitúa la “Casa Batlló”. Esta edificación fue construida a inicios del siglo XX y perteneció a Josep Batlló, uno de los grandes industriales del textil catalán, quien después de habitarla durante varios años, encargaría una obra de remodelación con total libertad creativa directamente a Gaudí.
En los planes iniciales se sugería la demolición del edificio existente, sin embargo, fue la capacidad e innovación de Gaudí, el poder conservarlo y únicamente reformarlo. Las obras iniciaron en noviembre de 1904 y culminaron hasta octubre de 1906.
El edificio consta de planta baja, planta principal con patio, cuatro plantas enteras, desván y terraza. Asimismo, posee un acceso privado a la planta principal y una escalera de vecinos, y desde la calle, se puede acceder a las cocheras y a las carboneras (en su plano original, hoy en día el acceso a visitantes es controlado desde la entrada principal).
Sin profundizar tanto, Gaudí cambió completamente la fachada, olvidándose un poco de las líneas planas y dándole un toque más natural con curvas, inspirado en el movimiento enriquecido con los reflejos y los colores del cielo, que a su vez están inspirados en la leyenda de Saint Jordi.
La leyenda popular de Saint Jordi es muy parecida a todas esas historias que hemos escuchado de princesas y dragones, solo que con unos matices interesantes propios de Cataluña. La leyenda se localiza en Montblanc y cuenta de un dragón, que tiene confinado a un pueblo. Sus habitantes están obligados a darle de comer para saciarlo y, aparte de darle animales, también le son ofrecidas doncellas.
La ofrenda de paz era perfecta hasta que llegó el turno de la hija del rey, y al ser su única hija, en vez de entregarla, convoca a todos los caballeros a luchar por el pueblo para matar al dragón y como recompensa, les concederá la mano de su princesa.
Evidentemente, aparece un apuesto caballero que entra en combate con el dragón y lo degüella, y una vez muerto el dragón, las gotas de sangre que caen en la tierra se convierten en rosas de donde el caballero toma la flor más hermosa y se la obsequia a la princesa.
De esta inspiración, la torre blanca con la cruz de cuatro brazos en la “Casa Batlló” simboliza la espada clavada en el dragón, formado por el colorido tejado verde y azul. El color rojo simboliza las gotas de sangre del animal, mientras que los huesos y máscaras que forman los balcones, representan las víctimas que cobró el dragón hasta su derrota.
Esta obra de arte modernista, es un prodigio de diseño ornamental gracias a la eclosión de los oficios, porque Gaudí trabajó con los mejores artesanos de todos los gremios.
Para la trasformación, uso hierro forjado, hizo trabajos sinuosos de manera como puertas tridimensionales de relieves sorprendentes, implementó vidrieras de colores que tamizan la luz natural, creó cerámicas con relieves y elementos ornamentales de piedra arenosa de Montjuïc, por mencionar algunas cosas.
Todo esto se puede apreciar desde el exterior, y además de su valor artístico, la casa reformada reviste una enorme funcionalidad que se considera más propia de nuestros tiempos, que de aquel tiempo. De hecho, en 1907 el edificio fue nominado al premio promovido por el Ayuntamiento de Barcelona al mejor edificio construido en la ciudad, y aunque parezca sorprendente, desafortunadamente no lo ganó; yo creo que por eso decidió expandir su arte por toda la ciudad, logrando así ser realmente reconocido.
La “Casa Batlló” dejó de pertenecer a la familia Batlló en la década de los 50 y fue en la década de los 90, que llegó a sus actuales propietarios, la familia Bernat.
En 1995 la familia abre la casa a la sociedad y presenta esta joya arquitectónica al mundo, ofreciendo el espacio para eventos y visitas culturales.
Actualmente, “Casa Batlló” es Patrimonio Mundial de la UNESCO y es una parada imprescindible para conocer la obra de mi novio Gaudí.

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