Dentro del esquema de enroques que está viviendo el gobierno federal, llega a la secretaría de Gobernación, un perfil muy joven para hacerse cargo de la gobernabilidad del país. Cabe destacar que Luisa María Alcalde, es la segunda mujer en el encargo y la primera más joven en despachar desde Bucareli.

Con este nombramiento, el presidente López Obrador da un golpe mediático certero. Porque en el colectivo, es muy valorado que la segunda posición política más importante del país, recaiga en una mujer quien además se identifica, por su edad, con el segmento de población más abultado del país: los jóvenes.

A este criterio estratégico se suma que estamos hablando de una mujer talentosa y muy identificada con la izquierda por las causas que ha enarbolado y por la descendencia familiar que tiene.

No hay que olvidar que la recién nombrada, es hija de Bertha Luján, quien estuvo al cargo de la Contraloría del Gobierno del Distrito Federal en la administración del actual presidente. No sólo eso. Luján también fungió como presidenta del Consejo Nacional de Morena, convirtiéndose en pieza clave del movimiento.

Sin embargo, la hasta hace poca secretaria del Trabajo a nivel federal tiene luz propia. Es licenciada en Derecho por la Universidad Nacional Autónoma de México y tiene estudios de Maestría en Derecho por la Universidad de Berkeley, California.

En su última responsabilidad llevó a cabo cuatro aumentos consecutivos al salario mínimo. Tan solo en este año, el indicador se incrementará un 20% subiendo de los $172,87 pesos diarios a los $ 207,44 con la nueva actualización.

También impulsó el taquillero programa social, Jóvenes Construyendo el Futuro, y la iniciativa vacaciones dignas, que aumentó el número de días de descanso obligatorios a los trabajadores de México.

Nada mal para una joven de 35 años, que también fue asistente de investigación en el Instituto de Investigaciones Jurídicas de la UNAM y Coordinadora Nacional de Morena Jóvenes y Estudiantes.

En este sentido, la hoy mujer más poderosa del país tiene una complicada encomienda: llevar a buen puerto el proceso electoral de 2024. Es decir, hacer que la cuarta transformación tenga larga vida después de la salida de López Obrador.

Pero también la posiciona como pieza clave en el gabinete por la responsabilidad que conlleva dicho encargo. No está por demás recordar que hace muy poco la hermana de Luisa María Alcalde ocupó el primer lugar de la evaluación para ser electa como Consejera Electoral en el Instituto Nacional Electoral.

De haber sido electa, seguramente hubiera sido la presidenta de aquel organismo. Porque la rotación de género de daba una amplia posibilidad. No obstante, desde la oposición se criticó en demasía la identificación ideológica de Bertha Alcalde con morena, que finalmente quedó al margen de dicha posibilidad.

No obstante, regresó el favor y la gracia presidencial a la familia Alcalde Luján, que está de plácemes por tener entre sus miembros a la secretaria de gobernación número 95 en la historia del país.

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