El pasado domingo, Morena reunió a sus cuadros políticos en el Consejo Nacional. Este acto, tiene relevancia porque se trata del partido mayoritario que derivado del ejercicio del poder, ha ponderado algunos criterios de practicidad antes que de dogma, como solía hacer la vieja izquierda.

Es decir, dentro de los acuerdos y negociaciones propias de la vida pública, los guindas han utilizado herramientas de todo tipo para conseguir sus fines. Entre ellas, la de incorporar a su movimiento, a personas que hasta hace poco cuestionaban la cuarta transformación.

Dicho en otras palabras, el Movimiento de Regeneración Nacional se encuentra en lo que podríamos definir, como su primera crisis de identidad.

En el acto citado, se leyó una carta de la presidenta de México, reforzando los postulados fundacionales del partido que ha gobernado desde 2018 al país. El documento conmina a sus autoridades, para que se mantengan en la línea de la austeridad. Es decir, evitar la ropa cara, fiestas ostentosas y viajes en primera clase. Además de prohibir los actos anticipados de campaña y cargos heredados.

Estas cosas que pudieran parecer minucias para un país con problemas de gran magnitud, es indispensable para los partidarios del movimiento que inició Andrés Manuel López Obrador, bajo el esquema de que no podía haber gobierno rico con pueblo pobre.

De tal manera que lo que hace Morena, es regresar a su origen más básico, a poner el ejemplo con los políticos que deben evitar los excesos, la ambición por el dinero y los lujos que eran (quizá deba decir, son) parte de la cuestionada clase política.

Pero todo lo anterior, podría caer en la retórica del deber ser sin tener mayor sustancia. Esto es, lo cosmético resalta en primera instancia, pero lo que no se dijo es probablemente lo más trascendente.  

Para los 364 consejeros nacionales, fue una buena noticia que el tema de la reelección quedara intacto. Porque en algún momento la presidenta Sheinbaum había sugerido eliminar este mecanismo dejando fuera de la contienda electoral a muchos diputados y senadores que están buscando una segunda temporada en el cargo.

El propio Ricardo Monreal Ávila, coordinador de Morena en la Cámara de Diputados, fue quien se encargó de confirmar que pueden tratar de mantenerse en una curul dentro de dos años. Porque el tema de la reelección se había dejado sin cambios.

En palabras del legislador oriundo de Zacatecas que escribió en el chat de la vocería de Morena: “Me pide el coordinador les comente, que habló con las instancias y que en el caso de reelección de diputados, aplicará hasta el 2030. Es decir, existe la posibilidad de reelección en el 2027”.

De tal suerte que solo los temas de nepotismo quedan como sustanciales en la filosofía guinda aplicable para los próximos procesos electorales. No es mucho avance dentro del esquema de un partido de izquierda, pero es algo.

Ojalá que en los próximos cónclaves morenistas, tengamos más sustancia en los principios y valores antes que cuestiones de forma y de apariencia.

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