· Rectificación y rediseño del esquema nacional de salud
· El IMSS desplaza a SSA e Insabi para población abierta
· Nombrarán oficiales mayores en los demás organismos
En un dato se sintentizan muchos hechos.
Borsalino González Andrade asumirá hoy la Dirección de Administración del Instituto Mexicano del Seguro Social (IMSS) en sustitución de Humberto Pedrero.
En esta decisión Zoé Robledo, bien asesorado por el secretario general Marcos Bucio, se encierran rectificaciones y propósitos.
Lo primero:
El Instituto será punta de lanza de un proyecto para la adquisición, sobre todo de medicamentos, con mecanismo eficiente denominado compras consolidadas desde Ernesto Zedillo.
Borsalino llega con la encomienda de transparentar todos los procesos de compra, evitar corrupción y cumplir un reclamo llamado piso parejo por varios proveedores.
Es una exigencia, por ejemplo, de productores, importadores, distribuidores y comercializadores de medicinas en el país, entre ellos la Asociación Mexicana de Laboratorios Farmacéuticos (Amelaf).
El nuevo funcionario será el principal colaborador de Zoé Robledo para reforzar al IMSS como la principal institución de salud pública en México.
Porque a ese organismo se le entregará la atención médica de la población abierta, originalmente encomendada y no cubierta por el Instituto de Saud para el Bienestar (Insabi) de Juan Antonio Ferrer.
Ni el Insabi ni la SSA de Jorge Alcocer se encargarán más de ese sector de pobres entre los pobres, un fracaso del cual hay constancias recurrentes.
La compra de fármacos, con todo y la UNOPS (Oficina de las Naciones Unidas de Servicios para Proyectos) es una de ellas
LA UNIVERSALIZACION
PROMETIDA
Con la misión vienen los retos.
De entrada, el IMSS pasará de tener 40 unidades IMSS-Bienestar -simple cambio de nombre: antes era IMSS-Solidaridad desde los neoliberales José López Portillo a Enrique Peña– a 200 en 2024.
Cinco veces más.
Su obligación: garantizar atención, consultas y medicinas gratuitas a todos los necesitados, los carentes de seguridad social por otras vías.
Significará aumentar, también de golpe y cuanto de infraestructura signifique, algo así como 30 millones de derechohabientes.
Hoy hay 20 millones de asegurados y unos 70 de derechohabientes, cifra superior a la población de España y a la atendida por Estados Unidos luego de la destrucción del Obamacare por Donald Trump, ídolo de ya saben quién.
Zoé Robledo, Marcos Bucio y Borsalino González deben responder en primera instancia por esta universalización de la salud.
MÁS CAMBIOS EN
EL SECTOR SALUD
1.- El cambio en el IMSS no vendrá solo.
Le seguirán más en otras dependencias, aunque de momento algunos nombramientos se encuentren detenidos.
Uno de ellos atañe a los institutos de salud -Nutrición, Cardiología, Enfermedades Respiratorias y otros-, a donde iba Anabel Rayo.
Prácticamente ya despachaba para asegurar las adquisiciones en todos ellos, pero la llamó de nuevo Raquel Buenrostro y regresó al Sistema de Administración Tributaria (SAT).
Y 2.- en Palacio Nacional solamente ven tres cárteles, todos formados y activos heredados del período neoliberal.
Pero los datos desmienten las afirmaciones presidenciales.
Quintana Roo difundió ayer:
“Desde 2019 y hasta la fecha fueron detenidos por la Policía Quintana Roo mil 923 presuntos delincuentes, una parte importante vinculada a 8 grupos criminales diferentes…”.
Ocho grupos criminales en una sola entidad, y ni para qué hablar del país entero.