Erika O.

Imponente mural se puede apreciar en la céntrica calle de Libertad, en Tulancingo, titulado “Medicina Ancestral”, creación del hidalguense Alejandro Patricio Delgado, conocido como Alejandro Nahual.
En entrevista, comentó que la obra, recientemente terminada, mide cuatro metros de alto por 13 de ancho, en total 52 metros cuadrados y lo realizó con pintura acrílica.
Mencionó que le llevó 17 días realizar este trabajo y contó con la colaboración de Victoria Akino, además de una preparación de al menos 10 días para hacer un bosquejo.
Explicó que “el mural trata de representar la práctica de la medicina natural, que es empleada por curanderas y curanderos en las distintas regiones indígenas de nuestro estado, también busca fortalecer el vínculo con nuestra madre tierra, así como la cosmovisión heredada por nuestros ancestros”.
“En la escena de la derecha, la limpia, se observa una gran mano de tierra y raíces que sostiene a dos personas, una de ellas es el curandero que viste ropa de manta, zarape y morral; a la altura de su pecho sobresale una forma geométrica (estos motivos son comunes en distintas artesanías por diversos grupos indígenas del país), como si se tratara, de la proyección de su espíritu, y en su mano derecha sostiene un sahumador con copal que desprende espirales de humo junto con las almas de dos halcones que limpian el cuerpo del paciente más allá de lo físico, mostrando la esencia cósmica que lleva dentro”.
En tanto que del lado izquierdo se representa la madre tierra, con características orgánicas y humanas, su cuerpo se complementa con simbolismos astrales según la configuración creada por nuestros antepasados; a la derecha el sol refiere el lado masculino, mientras que a la izquierda la luna simboliza el dolor femenino, además de manifestarse lo terrenal y celestial, tanto en la parte superior como inferior, agregó.
También, expuso que la madre tierra plasmada lleva en su mano un bastón con una serpiente enredada que refiere al símbolo antiguo de la medicina, le acompaña una mano enraizada que sostiene un manojo de hierbas, ruda y pirul, usadas comúnmente para remover las energías, mientras que a su espalda brotan ramificaciones que refieren a la idea de que todo se encuentra conectado y de igual manera le germinan flores de manzanilla, entre otros aspectos que lo componen.
Ya son nueve pinturas monumentales que ha creado en esta ciudad y que se pueden apreciar en la vía pública; ésta última la realizó regresando de un festival de arte urbano celebrado en El salvador.
Para concluir, dijo sentirse contento de que la gente se detenga a observar y apreciar su trabajo, y antes de explicar de que se trata, sea capaz de intuir lo que ven.

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