Los antioxidantes son sustancias que provienen de algunos alimentos y que disminuyen o previenen de manera significativa el proceso oxidativo; es decir, el daño causado por el oxígeno a las células de nuestro cuerpo. También pueden mejorar la función inmune e incluso disminuir el riesgo de cáncer y algunas infecciones. Entre estos:

Vitamina A.- Esta vitamina no existe como tal en los alimentos; es una gran familia de carotenos que son los precursores de la vitamina A, el betacaroteno es el más familiar para nosotros. La enorme variedad de colores en las verduras y frutas se debe a la presencia de los mismos. Todas las frutas y verduras color amarillo, naranja y rojo tienen vitamina A, también algunas hojas contienen carotenos a pesar que son de color verde oscuro.

Vitamina C.- es una vitamina hidrosoluble ya que se elimina por la orina; su función como antioxidante es muy semejante al que realizan los carotenoides. Esta vitamina no se puede almacenar en el cuerpo por tanto es necesario consumirla diario a través de verduras y frutas.

Vitamina E.- Es una vitamina liposoluble llamada también tocoferol. Su principal función es prevenir la oxidación del colesterol malo, el cual contribuye a la formación de trombos en las arterias. De esta manera, la vitamina E reduce el riesgo de infarto y enfermedades cardiovasculares, reduce el riesgo de cáncer y otras enfermedades crónicas. Esta vitamina se encuentra en los aceites vegetales, germen de trigo, productos integrales y oleaginosas.

Selenio.- este mineral junto con la vitamina E se refuerzan entre sí, ya que ambos participan en otras actividades cooperadoras que ayudan a mantener las células sanas. Las principales fuentes de selenio son el germen de trigo, pollo, salmón, pan integral, huevo, leche, semillas de girasol y ostiones.

¿CÓMO FUNCIONAN LOS ANTIOXIDANTES?

Para producir energía, cada célula del organismo necesita un suministro constante de oxígeno; pero cuando las células utilizan este elemento se forman radicales libres, que son moléculas inestables a las que les falta un electrón que puede dañar a las células y los tejidos, así como el material genético al robarles un electrón para estabilizarse. A esto se le conoce como oxidación. Al paso del tiempo esto puede llevar a un mal funcionamiento y contribuye al inicio de problemas de salud, como cáncer, enfermedades del corazón, cataratas, diabetes, etc. Algunos factores ambientales como el humo del cigarro, la luz ultravioleta, el consumo de alcohol son causa de radicales libres. La vitamina A, C y E son antioxidantes; éstas contrarrestan la acción de los radicales libres. Algunas enzimas que contienen selenio, cobre, zinc o manganeso actúan también como antioxidantes, así los convierten en productos de desecho para ser eliminados antes de que causen daño. De hecho, los antioxidantes pueden incluso reparar algo del daño ya causado por estos radicales libres. No existe evidencia científica que indique que el simple hecho de ingerir un exceso de antioxidantes pueda brindar un escudo de protección ante las enfermedades crónicas. Pero, es importante confirmar que una alimentación correcta con una gran variedad de verduras y frutas, así como cereales integrales ricos en antioxidantes, es una manera de asegurar su aporte suficiente a nuestro organismo. El ejercicio también contrarresta a los radicales libres. ¡¡¡Baje de peso e inicie un nuevo estilo de vida!!!

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