El vicecoordinador del PRI en la Cámara de Diputados, Marco Antonio Mendoza Bustamante, propuso contemplar la educación emocional dentro de la Ley General de Educación, a fin de reconocerla como un derecho humano básico, alineado con los objetivos más amplios de formación integral y bienestar.
Dijo que se ha demostrado que su fomento es altamente relevante para las niñas y los niños, que sobre todo, viven en situaciones de alto riesgo, como entornos económicamente desfavorecidos y grupos vulnerables o minoritarios.
Afirmó que la inteligencia emocional, es fundamental en la educación de la primera infancia.
“Durante la etapa formativa, las y los menores atraviesan un periodo de oportunidad para desarrollar habilidades, que pueden influenciarlos sistemáticamente a lo largo de toda su vida”, expuso el legislador hidalguense.
Indicó que de acuerdo con un estudio publicado por el Journal of Health Psychology, en 2018 la intervención para desarrollar habilidades de confianza en relaciones, expresión de sentimientos y exploración del entorno en el sector educativo, es primordial para garantizar el éxito escolar durante los primeros años de vida y una mejor adaptación a la vida social.
“En las últimas décadas, la educación primaria y maternal han sido conceptualizadas como medios de transmisión de conocimientos y habilidades técnicas. Sin embargo, esta visión reduccionista ha impactado alrededor del mundo en la conformación de sistemas educativos que han omitido la formación integral de las personas. Con ello, se ha limitado el tratamiento de causas y efectos complejos en los años más deterministas de sus vidas”, señaló Mendoza Bustamante.
Indicó que durante la pandemia por Covid-19 se observaron algunos de los efectos más críticos de estos sistemas tradicionales. El impacto de la interacción reducida por complejidad de las experiencias, condujo a que organizaciones como la Organización para la Cooperación y el Desarrollo Económicos (OCDE) contemplara la atención emocional dentro de sus garantías mínimas de bienestar para la formación educativa en todo el mundo.
Por ello, insistió en la necesidad de apoyar la inteligencia emocional durante los primeros años de educación pues contribuye a desarrollar el reconocimiento, la comprensión y el manejo de emociones.

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