Por Cristian Rangel

En la publicación del 10 de noviembre del año pasado titulada “Salario Minimo; última batalla de la 4T”, hablábamos del anuncio de un aumento al salario mínimo, que prometía aliviar la carga económica de muchas familias.
En aquel espacio de opinión, el pronóstico de su servidor fue que dicho incremento seria entre el 15 y 20 %, pues coincidía en que ese porcentaje busca mejorar la remuneración, como parte de la justicia para el trabajador, incrementar la productividad y competitividad en el país.
Hoy recibiendo el 2024, confirmamos que la voluntad política y la relación gobierno- empresa- trabajador, convergió y acordó por quinta vez consecutiva, el incremento al salario mínimo.
A partir del pasado 1 de enero de 2024, el salario mínimo en México aumentó un 20 %, beneficiando a alrededor de seis millones de trabajadores de las zonas centro, sur y norte del país.
Dicha alza salarial significa una retribución mínima de 7 mil 468 pesos mensuales.
Es decir, en 26 Estados del país, el salario mínimo general pasó de $207.44 a $248.93 pesos diarios y en la zona de la frontera norte (los otros 6 estados) pasó de $312.41 a $374.89 pesos diarios.
Por otro lado, los salarios mínimos profesionales del listado integrado por 61 oficios y trabajos especiales, también tuvieron el aumento del 20 %, recordándoles que en la zona de la frontera norte, el incremento es diferenciado debido a una serie de incentivos al tipo de actividad que se desarrolla en estas entidades (industria manufacturera, maquiladora y servicios de exportación).
Es cierto que el presente gobierno, atendió el tema del salario mínimo como prioridad; en el 2018, el salario mínimo era de $88 pesos diarios y hoy en el 2024, de $207.44 pesos diarios, un incremento en 5 años de $119.44 pesos diarios, lo cuál si comparamos de manera histórica, es sin duda, un logro significativo.
Sin embargo, no todo es miel sobre hojuelas, ya que en términos monetarios pareciera que fue mucho, pero en términos reales, es decir en cuanto al valor del poder adquisitivo de nuestra moneda, las cosas no han salido del todo bien. La inflación es el factor que en términos reales, opaca este “logro de la 4T”, pues también es evidente que cada vez alcanza para comprar menos bienes y servicios.
Por lo tanto el reto radica en que el gobierno o los gobiernos futuros, tomen cartas en el asunto e implementen políticas económicas, destinadas a recuperar el poder adquisitivo en el país.

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