La secretaría general del PRI arremetió contra el gobierno de la Cuarta Transformación por los constantes incrementos que se han registrado en los precios de las gasolinas, lo que constituye un severo golpe a la economía familiar, ya que esta situación ocasiona aumentos en cascada en los productos de primero necesidad.
“Son gasolinazos, evidentemente son gasolinazos. Lo que pasa es que nosotros no bautizamos como ellos bautizan muy bien todas las cosas para politizarlas, pero es un gasolinazo. Durante mucho tiempo han ido incrementando. Dijeron que lo iban a poner en 10 pesos y hoy prácticamente cuesta mucho más, anda rondando los 25 pesos”, aseguró.
Afirmó que los gobiernos morenistas no han cumplido con sus ofrecimientos que hicieron sus entonces candidatos presidenciales, Andrés Manuel López Obrador y ahora Claudia Sheinbaum, de que bajarían los costos de las gasolinas.
La también senadora priista dijo que estos incrementos en los combustibles han generado un impacto directo en el bolsillo de las familias.
“Evidentemente, si la gasolina sube, consecuentemente todo va a subir. Esto ha sido un grave perjuicio para las familias mexicanas, porque la canasta básica ya no está al alcance de todos. Por ejemplo, se anunció mucho que había incrementado el salario mínimo, pero se lo comió inmediatamente la inflación”, expresó en entrevista con medios de comunicación.
La política hidalguense, asimismo, criticó la apuesta del Gobierno actual por seguir invirtiendo grandes recursos en Pemex, mientras el robo de combustible continúa siendo un problema sin resolver, sobre todo en el estado de Hidalgo donde el huachicoleo no se ha logrado combatir.
“Hoy gastamos comprando hidrocarburo en Estados Unidos, donde está más barata que aquí. Nosotros cada vez le metemos, o más bien Morena le mete, recursos del presupuesto a Pemex. Pero los huachicoleros sacan la gasolina. Estamos metiendo dinero para que ellos lo saquen de los ductos, es un perder, perder, perder”, dijo la senadora priista.
Manifestó que incluso los precios de los combustibles en Estados Unidos son más baratos que en México, lo que resulta irónico considerando que el Gobierno presume ser defensor de las causas populares.

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