El presidente del Instituto de Ciencias de Rehabilitación Integral, Couteh Vargas Genis, advirtió que aunque a raíz de la pandemia de COVID-19 se triplicaron los casos de niños con autismo, las autoridades han sido omisas en atender esta condición.
Explicó que los menores que viven con este trastorno, son altamente vulnerables a la violencia escolar y familiar, y que además, no reciben un diagnóstico oportuno que permita tratarlos de forma multidisciplinaria.
Señaló que de acuerdo con las cifras oficiales, uno de cada 120 menores en el país tiene autismo, aunque esta estadística está muy por debajo de las cifras reales, que podrían triplicar esa estimación.
Agregó que la pandemia provocó un aumento exponencial de los casos, al someter a los niños a factores como la sobreexposición a dispositivos digitales, la reducción del diálogo familiar y una alimentación deficiente.
Durante la presentación de una colección de libros, elaborada junto con otros especialistas y que incluyó la participación de 40 autores mexicanos, Vargas Genis dijo que el autismo es una de las principales causas de atención en la neuropsiquiatría pediátrica.
Subrayó que el diagnóstico puede tardar hasta dos años, lo que deja en alta vulnerabilidad a los menores.
Indicó que el 30 por ciento de los niños con autismo, son víctimas de violencia física, abandono o abuso sexual, sin que existan políticas públicas suficientes ni capacitación adecuada en los docentes para atenderlos dentro del entorno escolar.
Finalmente, alertó que esta situación es aún más grave en las zonas rurales, donde no se cuenta con servicios de atención temprana y donde además, existe un alto grado de desconocimiento sobre el tema incluso dentro de las propias familias.
