Integrantes de las organizaciones “La Gran Asamblea” y “Todos somos Tula”, mantienen su rechazo a las obras del colector marginal en la ciudad, al señalar que estas acciones, lejos de beneficiar, incrementarán la contaminación en la región.
Indicaron que en el caso de la Gran Asamblea, representantes de 70 calles vecinales afectadas por las inundaciones del 6 y 7 de septiembre de 2021, exigen atender los daños históricos ocasionados por la falta de planeación urbana, la corrupción y el desarrollo desordenado registrado en los últimos 50 años y no con paliativo y engaños, como son estos colectores.
Afirmaron que su movimiento no tiene fines políticos, sino que busca ser un motor de cambio para las familias de la zona. Advirtieron que las obras que se ejecutan sin socialización y sin transparencia solo traerán más problemas para quienes ya han sufrido las consecuencias de la negligencia de los tres órdenes de gobierno, tras las inundaciones en las que perdieron su patrimonio y que, a la fecha, no han podido recuperar.
“Por esta razón, hacemos un llamado a que la ciudad recapacite sobre los riesgos que estas obras pueden significar y sobre el patrimonio que pueden dañar”, señalaron, al exigir que se garantice un ambiente sano para todos los habitantes.
Por su parte, los integrantes de “Todos somos Tula”, rechazaron que la contaminación del río sea responsabilidad de las descargas locales, pues aseguraron que el 100% del caudal proviene del Valle de México, por lo que responsabilizar a los pobladores es incongruente.
Este colectivo, sostuvo que no se requieren medidas parciales, sino un proyecto de mitigación efectivo.
Exigieron una solución de fondo a la problemática y comenzar a sanear los pozos de agua potable que se encuentran contaminados.
Señalaron que la obra tampoco considera la capacidad de drenaje de las comunidades ni el manejo de aguas pluviales, por lo que advirtieron, el proyecto es técnica, económica y ecológicamente inviable, y acusaron que se intenta engañar a la población.
