Las ventas de artículos alusivos a la Revolución Mexicana ya no son como antaño, refirieron algunos comerciantes. Atribuyeron esta situación a los fines de semana largos.
Años atrás, cuando se respetaba el 20 de Noviembre como el día festivo, los desfiles en Tulancingo tenían mayor participación, ya que era de asueto escolar y comercial. Casi todas las escuelas participaban y mucha gente salía a verlo porque estaba de descanso, comentó Susana González, propietaria de una bonetería.
Refirió que antes, vendía paliacates, sombreros, banderines, guantes, carrilleras, rifles de utilería y mucho material, que usaban para darle vida a los personajes de la Revolución Mexicana. Pero desde que se implementaron los fines de semana largos, dejando atrás el 20 de Noviembre como día festivo, las ventas se vinieron abajo, que se agudizaron en la pandemia y ahora pocas escuelas desfilan y si lo hacen, es con un contingente pequeño.
“En este año, por ejemplo, el día de asueto es el lunes 17, pero el desfile se hará el viernes 21 que es un día hábil. La mayoría de la gente trabaja, las escuelas tienen clases normales y si suspenden clases para desfilar, es un descontrol para los padres, que o deben pedir permiso para asistir con sus hijos al desfile o de plano no les dan permiso”, refirió la comerciante.
Agregó que esta situación no es exclusiva de Tulancingo, ya que son de familia dedicada a la bonetería y en Pachuca, Huauchinango y Actopan, es la misma situación, en mayor o menor medida, pero ya no es lo mismo, gracias a los fines de semana largos, que benefician a los puntos turísticos, pero no a los comercios.

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