Con posterioridad al homicidio del presidente municipal de Uruapan, Michoacán, la presidenta de la República ha señalado la implementación de un nuevo plan de seguridad para dicha entidad federativa.

La generación de un proyecto de seguridad que incluya planes y acciones específicos, es una idea clara de una política de seguridad que se realiza en nuestro país.

En el caso en concreto, parece que la misma implica el uso de una diversidad de elementos de seguridad, el despliegue de policías y militares y el fortalecimiento de la policía municipal.

Parece que será interesante ver no solamente el despliegue de las fuerzas armadas, sino de una política de seguridad que afiance la credibilidad en las propias instituciones nacionales, mismas que de acuerdo con este nuevo plan, deberán de ser robustecidas en especial por lo que hace a las instituciones policiales.

No obstante, ello en conjunto solo tendrá auge si se ve robustecido con la política criminal nacional que impida que genere nuevos grupos delictivos u otro tipo de violencia en diversas zonas del país.

En tal sentido, la pacificación del país no podrá ser ni regionalizada ni aislada sino resultado de un conjunto de esfuerzos, por parte de todas las fuerzas políticas y sociales de nuestra nación.

Siendo importante reiterar lo que hemos señalado en columnas anteriores, que solo el fortalecimiento de instituciones honestas y transparentes con base en la participación social darán como resultado una paz prospera en nuestro país.

Michoacán es sin duda un lugar emblemático en el tema de seguridad. El hecho de que la denominada guerra contra el narco, se iniciara en dicho lugar y ahora este plan comience en el mismo lugar, llama a una reflexión sobre el punto donde nos encontramos y la necesidad de pacificación de nuestra nación.

jfernandoge1@gmail.com

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