El nombramiento de Julio Valera Piedras al frente de la delegación de SEDATU, debe considerarse como una llamada de atención para la cepa morenista, sentenció el dirigente del PRI Marco Antonio Mendoza Bustamante.
Manifestó que las designaciones como ésta y futuras a cargo de ex priistas, se traducen en una marginación hacia quienes militan el partido guinda.
El también coordinador del Grupo Legislativo Felipe Ángeles en la LXVI legislatura Local advirtió que ahora, Morena ha caído en aquellas prácticas que han sido criticadas: el nombrar a quienes repudiaban la izquierda.
“La realidad es que les están quitando los espacios los ex priistas; lo que tanto criticábamos de Bartlett, ahora ellos hacen lo mismo”.
La renuncia de Valera Piedras al tricolor debe considerarse como una traición hacia el partido, a la militancia, sobre todo, a la sociedad.
El haber puesto su dimisión en la mesa significaba un acto de congruencia como político, es decir, tendría que haber abandonado la bancada priista, la dirigencia y permitir que, Jorge Rojo García de Alba, suplente del mismo, tomara el lugar correspondiente al interior de la 65 Legislatura Local.
Si bien al PRI “ni le va ni le viene” lo que suceda con aquellos ex priistas que hoy están al frente de embajadas y delegaciones, sí debe traducirse en una llamada de atención del trato que reciben los morenistas de cepa, quiénes han sido relegados por aquellos que aborrecían la llegada de la 4T.
