Desde que estuvo en campaña, el hoy gobernador Julio Menchaca, se comprometió a impulsar el ejercicio de revocación de mandato. Es decir, mandar al congreso local la iniciativa de ley para que, a la mitad del mandato constitucional, se votara nuevamente por su permanencia o su sustitución.
Esa consulta popular tiene ciertos requisitos legales, entre ellos; tener como punto de arranque el 10% de respaldo del listado nominal, esto es, ciudadanos con credencial para votar vigente que manifiesten su intención de participar en dicho ejercicio.
No solo eso, la convocatoria deberá estar respaldada en más de la mitad de los municipios. Es decir, tener representación en la mayoría del territorio estatal. Y, por último, será vinculante si los resultados por la continuidad o revocación, rebasan el 40% del total del listado mencionado.
Para algunas voces, estas exigencias son complejas y no estimulan lo que se pretende: ejercer ciudadanía a través de mecanismos de participación directa. Para otros, son termómetros que ayudan a explorar el humor social. Es decir, si la gente esta inconforme con el gobierno tendrá las suficientes motivaciones para participar; por el contrario, si respalda al mandatario dejará pasar la posibilidad democrática de inconformarse en las urnas.
En suma, se tiene la posibilidad de utilizar este instrumento para los fines que la propia ciudadanía desee. Decir hasta este momento que de tener esta ´posibilidad en la constitución a no tenerla, prefiero lo primero.
Ahora bien, que ocurrió en estos meses que se promovió la revocación. Hay que decirlo con todas sus letras el resultado fue pírrico. Se reunieron en tres meses (plazo contemplado en la ley), solo 11,280 firmas de las 236, 529 que se tenían que recabar para iniciar el procedimiento citado.
Dicho de otra manera, del total del listado nominal en el estado de Hidalgo que asciende a 2, 365, 286 votantes solo se reunió el 0.4%. Si lo calculamos con el 10% que se tenía como meta el porcentaje, es del 4.03%.
¿Qué paso? ¿Por qué los ciudadanos no participaron? ¿Qué factores jugaron a favor y cuáles en contra de esta consulta? ¿Quién se beneficia y quién se perjudica con estos resultados?
Este escenario me recuerda a los muy entusiastas promotores del voto en el extranjero. Tengo presente esas discusiones en distintos foros, donde un grupo de mexicanos muy comprometidos logró llevar más allá de nuestras fronteras, este derecho cívico a todos los paisanos que vivían fuera del territorio.
No había nadie que argumentara en contra de este derecho adquirido. Los problemas de logística que representaba esta posibilidad pronto quedaron resueltos para lograr el bien superior de ejercer el derecho al voto de todas y todos los mexicanos sin importar donde radicaran.
No obstante, el resultado fue poco alentador. Solo un reducido número de electores decidió emitir su voto a distancia. Los analistas se quedaron sorprendidos. Por lo visto muchos de los que se van inician una nueva vida y, al parecer, en ese esquema ya no juega un papel preponderante su vocación cívica.
Regresando a lo que ocurrió en Hidalgo, un factor a favor para dejar pasar el ejercicio revocatorio, fue el posicionamiento del gobernador Menchaca; ubicado con frecuencia entre los primeros cinco mandatarios del país con mayor aprobación, los ciudadanos no tenían mucho que reclamarle al titular del ejecutivo. Al menos, no tanto para llevar sus malos humores a una revocación de mandato.
También hay que decir que la entidad pasó por una emergencia. Los especialistas en la materia le llaman vaguada monzónica y ese fenómeno dejó afectaciones en al menos 28 municipios de la sierra y la huasteca hidalguenses.
Sumado a lo anterior, los grupos y personas que promovieron la revocación no fueron capaces de inyectar un mínimo de entusiasmo entre los ciudadanos. Su promoción se limitó a unas cuantas publicaciones en redes sociales a través de sus perfiles personales.
Solo decir, que en este particular vale la pena tener un dato en la mente. Cuando Julio Menchaca quiso ser presidente municipal de Pachuca, por la vía independiente juntó 7, 771 de 6, 168 firmas que se requerían para participar. Es decir, rebasó la meta por 25%. Ahora, los promotores de la revocación, solo pudieron recabar el 4% del total requerido en todo el estado.
