El próximo 20 de noviembre, el Gobierno Federal presentara la iniciativa de reforma para reducir la jornada laboral semanal de 48 a 40 horas.
Esto después de que Sheinbaum asumiera en mayo este compromiso y realizara mesas de negociación a puerta cerrada con sindicatos, cámaras empresariales y firmas de consultoría especializadas para poder concretar dicha propuesta.
Con datos de la Encuesta Nacional de Ocupación y Empleo (ENOE), más de laboran más de 40 horas por semana, lo que representa el 73% de los trabajadores subordinados del país.
El trabajo está matando a la gente y a nadie le importa. A nivel internacional, las horas de trabajo más extensas se registran en el sur y en el este de Asia (de 50 a 56 horas), mientras que las jornadas más cortas están en Europa, especialmente en países como Dinamarca, Bélgica, Francia, Alemania y los Países Bajos (de las 33 a las 35 horas).
De este lado del charco, en América, los limites semanales de 48 horas se registran en países como México, Argentina, Bolivia, Colombia, Costa Rica, Nicaragua, Panamá, Perú y Uruguay y el rango que va de 40 a 47 horas laborales está en Chile, Brasil, Cuba, República Dominicana, El Salvador, Guatemala, Honduras y Ecuador.
Entonces… ¿Los que más trabajan son los más productivos? La realidad nos indica que un mayor índice de productividad no siempre es proporcional al número de horas que se trabaja, de acuerdo al estudio de Premiere Global Services Inc. Un trabajador alemán no llega a trabajar 1500 horas al año, y sin embargo su hora de productividad, es la mejor valuada del mundo, seguida de Francia y Estados Unidos.
Nuestro país por el contrario es de los países con más horas trabajadas al año y con menos productividad, según mediciones de la OCDE. En comparativa internacional entre 35 países, México se encuentra en el último lugar de productividad laboral.
Entonces, ¿no somos productivos y trabajaremos menos? El reto es importante. Es cierto que con esta reforma damos un paso importante a un cambio de modelo laboral, pero hay que poner especial atención y esperar a conocer de fondo la reforma, ya que la reducción a la jornada laboral se podría inferir en una disminución de las remuneraciones o de ciertos “beneficios laborales”, sobre todo en el caso de los trabajadores que sean contratados a futuro. De por si las condiciones laborales en nuestro país, dejan mucho que desear. Será interesante saber la totalidad de la reforma.

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