Así es amigo lector el conflicto entre Irán e Israel, a pesar de estar a muchos kilómetros de distancia de nuestro país, tiene implicaciones en la economía mexicana, esto debido a la conexión global que hay en lo que se llama geopolítica.
Pero para comenzar, te preguntarás: ¿Por qué hay guerra entre Irán e Israel? La respuesta real es una cuestión de diferencias ideológicas, que data de la creación de Israel como nación, pero que hoy estamos viviendo como una competencia de hegemonía armamentista en cuestión nuclear.
Siendo esto el pretexto ideal para atacarse de manera frontal, ya que básicamente el país de esa región que desarrolle su industria bélica en cuestión nuclear, dominará a los países restantes, que repito por cuestiones de diferencias ideológicas, básicamente se odian.
Ahora, en materia económica, ¿Qué efectos tiene para nuestro país? El efecto será interesante de analizar, ya que como todos sabemos y podemos darnos cuenta, además del tipo de cambio, el primer comodity que sufre impactos a nivel mundial, es el petróleo.
Y en el caso de conflictos bélicos es mucho más volátil, ya que es la principal materia prima que se utiliza y en el caso específico de medio oriente, se impacta más ya que se interrumpen los canales de suministro que se genera desde esa región y que representa alrededor del 20% de petróleo, que se consume en el mundo.
Lo anterior, en épocas pasadas sería una excelente noticia para un país petrolero como México, ya que su petróleo tendría mayor demanda y a un precio más elevado pero… hoy tristemente el país importa más del 70% de la gasolina que consume, por lo tanto el efecto neto sería negativo, ya que el aumento en los precios internacionales del petróleo, encarecería los combustibles, lo cual en automático presiona al alza la inflación y encareciendo el transporte, los alimentos y otros productos esenciales derivados del crudo.
Afortunadamente nuestro país desde hace mucho tiempo (no es ningún logro de la 4T), cuenta con mecanismos fiscales a través del Impuesto Especial sobre Producción y Servicios (IEPS), para reducir el impacto de cualquier alza internacional en el precio del crudo.
Estos mecanismos permiten ajustar el IEPS de manera flexible con el fin de evitar que los precios de los combustibles suban abruptamente.
Lo interesante en el tema, es que esta cuestión se suma a todos los demás obstáculos arancelarios que ya viene cargando la economía y que significan fuertes opresiones al impulso de la inflación.
Por lo tanto, resulta de suma importancia monitorear el conflicto y sobre todo, la postura de intervención, o no, estadounidense ya que ese hecho puede intensificar los efectos o darle un cambio de dirección

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