Una de las noticias que más han sido criticadas, es el aumento de impuestos sobre diversos productos como es el refresco.
Un impuesto que se ha justificado bajo el argumento del riesgo y el daño a la salud por dichos alimentos y con ello, buscar desincentivar el consumo de esas bebidas.
De manera objetiva el aumento de impuesto a productos que pueden afectar la salud de la población, beneficia no solo para desincentivar el consumo, sino que los recursos recaudados bien pueden ser ocupados para invertir en el sector salud, en beneficio de quienes se han enfermado como consecuencia del consumo de aguas azucaras.
En segundo punto, no podemos negar que las empresas productoras de refrescos generan una gran afectación a nuestro medio ambiente, por el uso desmedido del agua. Afectan de manera directa a los mantos acuíferos, por lo que desincentivar el consumo de refresco, en mucho beneficiará el medio ambiente.
Si bien no puede ser la única medida utilizada puesto que, el aumento del precio de los productos en nada ayudará si no se encuentra de la mano de campañas de concientización y difusión que nos garanticen una responsabilidad como sociedad en pro de nuestro medio ambiente y nuestra salud.
En tal sentido, las campañas implementadas tanto por la Secretaría de Salud como por el IMSS, no han disminuido el consumo de refrescos en nuestro país.
Finalmente, parece que el aumento de impuestos si bien no es deseado, lo cierto es que en el caso tiene una meta diversa que el aumento de ingresos nacionales, puesto que su objetivo principal es disminuir el consumo de dichos productos, que a la larga generan menos recaudación presupuestaria de dichos impuestos.
Por tanto, parece que como política pública es imprescindible trabajar en disminuir el consumo de cualquier producto que pueda afectar la salud y el medio ambiente de nuestra sociedad.
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