El sábado se conmemora el Día de la Mujer, un año más de lucha para uno de los movimientos más importantes de los últimos tiempos como es el feminista.
Parece que nuestro país continúa en deuda con las mujeres, por las violaciones a los derechos humanos cometidos de manera histórica y reiterada; así como los delitos de las que han sido víctimas.
Durante las marchas anteriores, se critica el ataque a los monumentos, pero poco recordamos que en gran medida aquellas esfinges representan parte de un patriarcado histórico, que mucho daño ha causado a nuestra sociedad.
Por supuesto que sueño con que el día de mañana no exista una marcha, porque deseo que no haya necesidad de la misma, que las mujeres se sientan seguras de transitar por las calles, de vivir en la sociedad.
Sin embargo, hasta en tanto ello no ocurra, las marchas no solo son una cuestión mínima hacia una mayoría en nuestra sociedad, sino un grito desesperado que las mujeres no tienen una seguridad en las calles de nuestra sociedad.
Por tanto, la lucha es de una sociedad, que necesita paz y seguridad para todas y las marchas son solo una consecuencia de ello.
En tal sentido, por supuesto que todos queremos que se terminen las marchas, pero lo que más anhelamos es que se acabe la violencia en contra de las mujeres, para que nunca más tengan la necesidad de marchar. De verdad espero que esta sea la última marcha y que se acabe la necesidad de las mismas.
Espero que la actividad para este 8 de marzo, sea un punto de inflexión para cumplir con el deber de garantizar su seguridad e igualdad, en un mundo que el patriarcado creo para su inseguridad.
Solo nos queda el apoyo incondicional y la solidaridad, para un movimiento que tiene el derecho y el deber de exigir sus derechos.
Jfernandoge1@gmail.com