México enfrenta una de las peores crisis agroalimentarias en más de 40 años. Combina factores estructurales como la pobreza, la falta de apoyos gubernamentales y la baja competitividad, la inseguridad, el cambio climático y el aumento de los costos de producción.
La semana pasada alrededor de 100 mil campesinos y agricultores de al menos 17 Estados de la república, hicieron bloqueos de carreteras y planean un paro nacional si no se atienden sus demandas.
La solicitud consiste en precios justos a sus productos, acceso a tecnología y programas que realmente impulsen su actividad, seguridad y exclusión de los granos básicos del tratado de libre comercio T-MEC.
Estudios del Grupo Consultor de Mercados Agrícolas, revelan que los costos de producción agrícola han incrementado más de 46% en los últimos cinco años, mientras que los precios internacionales de los granos, han caído más de 40% desde el 2022. Por lo tanto, la definición de los precios en la Bolsa Mercantil de Chicago, perjudica a la economía rural y la autosuficiencia alimentaria del país
Tan solo producir 1 hectárea de maíz blanco en Sinaloa en el 2020 costaba 35,984 pesos, hoy (2025) cuesta 52,901 pesos, lo cual reduce los márgenes de ganancia de más del 50% a 12%.
Derivado de este abandono, el alto costo de la producción, la inseguridad y el intermediarismo, México ya no produce lo que come. Desde 1994 a 2025, la producción del campo incrementó 18%, pero el consumo aumentó 147%, por lo tanto cada vez dependemos más de otros países para comer.
La 4T terminó por abandonar un sector que no era atendido como prioridad, pero que si contaba con mecanismos para garantizar precios base y un esquema de agricultura por contrato, donde se garantizaba la venta a los productores. Pero en 2020, bajo la polarización de ser programas neoliberales plagados de corrupción, AMLO los desapareció y en su lugar entregó apoyos sociales directos, más enfocados en conseguir votos que incentivar la producción y la joya de la corona para impulsar el campo, según él, fue SEGALMEX prometiendo precios de garantía y la autosuficiencia alimentaria.
El resultado… ¿te suena? Almacenes llenos sin encontrar compradores y un desfalco por más de 25 mil millones de pesos. Si, una verdadera traición para los que menos tienen y los productores de nuestro país.
¿Es correcto que cada vez se pague más por un kilo de tortilla, cuando el kilo de maíz cada vez cuesta menos?
¡Sin campo no hay comida, no hay empleo, no hay futuro!

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