El uso de paneles solares en hogares mexicanos continúa creciendo a un ritmo acelerado, impulsado por el incremento en los costos de electricidad y una mayor conciencia ambiental entre los consumidores. De acuerdo con especialistas del sector energético, durante el último año la instalación de sistemas fotovoltaicos en viviendas aumentó cerca de un 30 por ciento, convirtiéndose en una de las alternativas preferidas para reducir gastos y contribuir a la disminución de emisiones contaminantes.

Empresas dedicadas a la energía renovable señalan que la combinación de nuevas tecnologías, financiamientos más accesibles y programas de apoyo estatal han facilitado que más familias consideren la transición hacia fuentes limpias. “Hoy, un hogar promedio puede recuperar su inversión en menos de cinco años, algo impensable hace una década”, afirmó un consultor del sector.

Usuarios que ya adoptaron estos sistemas destacan dos beneficios principales: la reducción notable en sus recibos de luz y la independencia energética parcial ante variaciones en tarifas. “Mi factura bajó casi un 90%. Es una inversión que vale la pena”, comentó Claudia Méndez, residente de Querétaro.

Expertos anticipan que la tendencia continuará al alza durante los próximos años, especialmente si el gobierno mantiene incentivos fiscales y promueve una mayor educación sobre energías renovables. Con ello, México podría consolidarse como uno de los países líderes en generación distribuida dentro de América Latina.

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