Después de lo que parecía ser un proceso de amnistía para la paz en Colombia, existió un atentado que ha dejado heridos y muertos.
El proceso colombiano ha sido criticado y ha generado grandes divisiones sobre las opiniones.
Sin duda la paz es un proceso complicado, más cuando un asunto interno ha dejado tanto dolor a su paso y la justicia se pretende flexibilizar en beneficio de la paz.
Maxime que en gran medida cada parte, se considera víctima ante la una falta de una victoria contundente y las negociaciones propias de una paz.
Si bien los procesos de amnistía no implican perdones de cualquier tipo de delito, si involucran una forma de pacificación, donde se flexibilizan ciertas conductas “justificadas”, por hechos beligerantes.
Pero el dolor social continua y solo el Estado Constitucional de Derecho puede pacificar a la sociedad, mediante procesos legales que garanticen derechos de todas las personas involucradas.
Parece que las heridas serán difíciles de sanar e imposibles de olvidar en algunos casos y no se puede esperar que grupos beligerantes, que tuvieron un conflicto tan fuerte, puedan continuar.
En tal sentido, la madurez de dichos grupos belicosos, es fundamental para aceptar no solo la amnistía sino los procesos para la pacificación.
Finalmente, no existe un proceso de amnistía que permita transitar a una pacificación sin que exista un duelo natural en todo conflicto, lo único que permite es una regulación para transitar una convivencia de mayor armonía, para lograr la paz social.
Sin duda, el preservar la paz por encima de otros derechos tiene un costo elevado, tanto en la justicia como en el ideal de sociedad.
Sin embargo, solo un proceso de amnistía permitirá la paz y con ello recomponer el tejido social, para que las sociedades transiten a un Estado Constitucional de Derecho.
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