Un video que ha circulado en redes que no solo es triste sino lamentable, es la imagen del ataque en vía pública del abogado quien representa a una persona acusada de feminicidio, mismo abogado que fue agredido por los familiares de la víctima.
El proceso y el derecho tiene como objetivo principal, la pacificación de la sociedad ante los daños causados por la comisión de los delitos, por lo que la justicia se construye a través de terceros ajenos al hecho, que de manera imparcial permitan sanar a la sociedad.
Del mismo modo, toda persona tiene derecho a una defensa técnica adecuada, que garantice que los derechos de las personas no sean vulnerados y con ello, asegurar a las partes y a la sociedad, que un inocente no sea condenando por un delito que no ha cometido.
El dolor de cualquier víctima es indescriptible y mucho más en un caso tan sensible, como el que hemos descrito, motivo por el cual es necesario que la imparcialidad y la objetividad sean las que permitan sanar a la sociedad.
En tal sentido, el trabajo de un defensor no es y nunca ha pretendido ser, ni aceptar ni aprobar las acciones realizadas por quien es acusado, ni mucho menos acusarlo; por el contrario, implica defender los derechos de las personas que son acusadas y muchas veces olvidadas, inculpadas, señaladas para lograr que los procesos garanticen una verdad jurídica.
En consecuencia, la existencia del derecho de defensa, implica que la garantía del derecho a la verdad y con ella tanto de las víctimas como de los imputados, genere que la sociedad pueda estar tranquila de quien sea señalado como culpable, sea con plenas evidencias de ello, garantizando que un inocente no sea condenado.
El ataque a un profesional que realiza su trabajo, rersulta verdaderamente lamentable. La verdad y la justicia no se pueden obtener, restringiendo derechos ni evitando que las personas se puedan defender por el contrario ello es la base de la justicia.
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